El descubrimiento de esa mafia que adulteraba carnes y su enorme repercusión en el exterior coincide con un momento en que la economía brasileña comenzaba a ensayar una ligera recuperación, tras haber acumulado una contracción superior al 7 % desde 2015.

Brasil calculó hoy que puede perder casi el 10 % de su mercado externo de carnes por la mafia que adulteraba esos productos, lo que tendría un duro impacto en toda la actividad rural cuando el país intenta dejar atrás dos años de recesión.

La posible pérdida del 10 % del mercado externo para el país que hoy es el mayor exportador mundial de bovinos y pollos, así como el cuarto en el segmento de cerdos, fue calculada por el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, durante una comparecencia al Senado, señaló Efe.

«Si preguntan cuál es el perjuicio que espero, a grosso modo, algunas cuentas que hacemos prevén que Brasil tendrá una oscilación (negativa) de mercado de aproximadamente el 10 %, lo que supondría unos 1.500 millones de dólares anuales», en función del saldo de las exportaciones del año pasado, declaró.

El ministro también confirmó que Brasil embarcó este martes tan sólo 74.000 dólares en carnes, el equivalente al 0,12 % del promedio de las ventas externas diarias de marzo, como consecuencia de los embargos decretados por muchos países a esos productos.

Hasta la semana pasada, según datos oficiales, las exportaciones de carnes del país llegaban cada día a unos 60 millones de dólares, por lo que la caída ha sido «violentísima», manifestó el ministro.

Maggi insistió en que de las más de 4.000 plantas productoras de carnes que existen en Brasil, sólo 21 están bajo investigación y en que, de ellas, solamente cuatro operaban en los mercados externos.

«Son casos puntuales», reiteró el ministro, aunque reconoció que existe una gran dificultad para explicar el asunto a los mayores importadores de carnes brasileñas, como China y Hong Kong, que han suspendido todas sus operaciones con Brasil en ese apartado hasta que se disipen las dudas generadas por el asunto.

Maggi alertó además de que, más allá de las pérdidas en divisas que puede causar el descubrimiento de esa mafia, existe el riesgo de que toda la cadena productiva del sector agrícola, considerado como uno de los puntales de la economía nacional, sea duramente afectada.

Según el ministro, muchos pequeños productores de animales ya han comenzado a sentir el efecto y están «casi parados», porque grandes plantas productoras de carnes han suspendido sus compras a la espera de conocer la reacción definitiva de los mercados globales.

De persistir el embargo, dijo que la agricultura sentirá también el golpe, pues pudieran ser afectados los productos utilizados en la elaboración de raciones para animales, como el maíz y la soja, de la que el propio ministro es uno de los grandes productores del mundo.

«Esto tendría repercusiones financieras y también en términos de empleo» en toda la actividad agrícola, reconoció Maggi, quien aludió a que en el país ya existen cerca de trece millones de personas sin trabajo.

«Estoy preocupado, y muy preocupado, pues ya hablamos de números estratosféricos y aún no sabemos el verdadero tamaño del golpe que vamos a llevar», declaró.

El descubrimiento de esa mafia que adulteraba carnes y su enorme repercusión en el exterior coincide con un momento en que la economía brasileña comenzaba a ensayar una ligera recuperación, tras haber acumulado una contracción superior al 7 % desde 2015.

Según datos oficiales, el sector agropecuario tiene una participación algo superior al 5 % en la composición del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, que pudiera resentirse en función del verdadero impacto de la crisis causada por la mafia de la carne.