La paz cambiaria, según bancos del exterior, durará hasta el fin del mandato kirchnerista. Pero quien gane las elecciones presidenciales en la Argentina tendrá en sus manos la tarea de actualizar el precio del dólar atrasado

La paz cambiaria que vive la Argentina, a esta altura, es innegable. El dólar anclado y los dólares que llegaron del exterior (vía Bonar 24, YPF, Ciudad, etc.), más las líneas de crédito del Banco Central, posibilitan que los vaivenes del billete verde estén lejos de las tapas de los diarios. Pero la tranquilidad duraría hasta diciembre de este año. Estiman en los bancos de inversión del exterior que el próximo gobierno (sea quien fuere) tendrá que desactivar la bomba cambiaria: que el dólar está barato en la Argentina con el nivel de inflación reinante.

Bajo esa premisa se mueven en las mesas de dinero del exterior. Quienes cubren sus posiciones de los vaivenes del tipo de cambio hoy, están dispuestos a pagar un costo elevado porque estiman que habrá una devaluación del dólar oficial.

¿A qué precio ven el dólar? Los que operan en el denominado Non-Deliverable Forward (NDF), mercado del exterior donde el BCRA no interviene (por ende el precio es sin intervención oficial) pagan hasta $13 en los contratos más largos (doce meses, o sea mayo del año próximo).

El dólar anclado ha sido la estrategia oficial luego de que la devaluación del eyectado Juan Carlos Fábrega hiciera «la tarea sucia». Ahora, Alejandro Vanoli defiende este dólar atrasado que -hay que reconocer- ayudó a mantener al billete en el mercado paralelo hacia abajo, y a desactivar la expectativa de depreciación que podría entorpecer el ingreso de dólares (léase liquidación de soja).

En el BCRA se habla de que la política de Vanoli «consolidó la estabilidad cambiaria y financiera». Resaltan el crecimiento de los plazos fijos en pesos, tanto en el segmento mayorista como en el minorista (en el primer cuatrimestre del año los plazos fijos de menos de un millón de pesos aumentaron casi un 37%, mientras que el incremento mensual de abril del total de depósitos a plazo fue un récord desde 2003).

El titular del BCRA resalta que de esta manera se «afianza la reducción de la brecha cambiaria y la recuperación de las reservas internacionales».

Y fue más allá y retó a los candidatos a presidente que dijeran qué harán con el dólar si son elegidos en octubre. Se sabe que nadie se inmolará en público, pero los asesores de los candidatos (incluso los oficialistas) saben que el dólar a $9 actual es insostenible.

«Sabemos con certeza que esta calma enfrentará amenazas en los próximos meses. Las curvas de dólar futuro (Rofex y Nueva York) coinciden en empinarse sensiblemente en las posiciones 2016: vale decir, el mercado confía en que continuará el crawling peg hasta diciembre, pero descuenta un fuerte ajuste cambiario cuando haya asumido el nuevo gobierno», señala la consultora Federico Muñoz & Asociados.

Dada esta expectativa devaluatoria, agregan, es de esperar que en algún momento de lo que resta de 2015 el público busque opciones para dolarizar carteras.

Según explica la consultora ACM, los futuros de dólar para principios de 2016, si bien cayeron, todavía comprenden una devaluación implícita cercana al 42%. «De todos modos, dada la importante influencia del BCRA en estos mercados, hay que tomar esta información con cierta cautela», acotan.

En cualquier caso, dicen, si bien es esperable que estas condiciones se mantengan en el corto plazo, lo cierto es que la sostenibilidad del actual margen con que parece contar el BCRA para reducir las tasas sin generar presiones cambiarias e inflacionarias adicionales, pareciera ser «débil en el mediano plazo, toda vez que el acercamiento de las elecciones y el cambio de Gobierno anticipen la proximidad o no, de un eventual salto cambiario».