En cuanto al «dólar bolsa«, los últimos cinco días el volumen negociado a través del mercado de acciones y bonos se incrementó en forma sustancial hasta los $13,51. En tanto, el Merval superó los 11.000 puntos

El dólar oficial se negoció sin variantes en casa de cambio y bancos de la city porteña a $8,42 para la venta. Así cierra una semana en la que operó estable, debido a la presencia del Banco Central que se mantuvo muy activo con saldos compradores.

En tanto, el dólar blue se comercializó a $14,40 para la venta en las cuevas del microcentro porteño, alentado por la presión alcista de la mayor demanda de los tipos de cambio bursátiles, que son utilizados por los inversores para realizar operaciones de arbitraje.

Es decir, se incrementó ocho centavos más respecto al último cierre y superó el récord de precio que tuvo el 27 y 28 de agosto pasado ($14,38).

En septiembre ya acumuló un alza de 35 centavos, y en todo 2014 asciende 44 por ciento, lo que representa unos 4 puntos más que la inflación difundida por el Congreso para el mismo lapso.

De esta manera, la brecha separa al oficial con el informal ronda el 71%.

En cuanto a las operaciones que se realizaron en la bolsa de comercio mediante la compra-venta de bonos y acciones para hacerse de divisas, el contado con liquidación se ubicó en los $13,24 y el dólar bolsa cotizó a $13,51.
Por su parte, el mercado bursátil operó con una leve suba (0,79%), que empujó al Merval a superar los 11.000 puntos y registró 41 subas, 32 bajas y 9 papeles sin cambios.

En cuanto a las especies en particular, se destacó el avance de Edenor y Francés, ambos con el 4,4%, en tanto que Petrobras retrocedió un 6,8%.
Por el lado de los títulos públicos, la nota la daba el Bonar X, que aumentó un 1,2%, que se utiliza para obtener dólares en la bolsa y operó este viernes 245 millones de pesos.
«Hay pocas opciones para cubrirse en esta coyuntura, y por eso los inversores están enfocados en las acciones y los bonos como refugio», dijo un operador.
«Los operadores parecerían rápidamente más inclinados por seguir aprovechando las atractivas valuaciones de los instrumentos locales con una perspectiva de mediano plazo», agregó el economista Gustavo Ber.

Dólares escasos y más caros
Las reservas del Banco Central cerraron el jueves en u$s28.404 millones, por lo que subieron en la semana unos 12 millones, pero que en lo que va de septiembre acumulan una caída de u$s208 millones, respecto a las cifras del cierre del mes pasado.
A pesar de eso, según el analista Salvador Di Stefano, «las malas noticias llegan desde Chicago, la soja volvió a tener una sucesión de bajas. Hace un año atrás el productor vendía la soja en u$s360 oficiales, este año está vendiendo a un promedio de u$s300, en el mercado de futuro a mayo de 2015 cotiza a u$s246. El efecto pobreza es tremendo, entre el 2013 y el precio futuro de 2015, hay una baja de u$s114 por tonelada. Es una fortuna».
Y completa que, con estos precios, «el Estado tendrá que aprender a vivir con lo que tiene. Si la devaluación pretende disimular esta baja, la devaluación del peso debería ser igual o superior a la inflación corrida a futuro, esto implica no menos del 50%».
«Tenemos la peor combinación que se puede dar en economía, como es el estancamiento con inflación, eso que los economistas llamamos estanflación», sostuvo el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna.

Y completó: «En los últimos seis meses, hemos empeorado notoriamente. La caída de la actividad es de más de dos puntos y la inflación en alimentos está por encima del 40% anual y acelerándose».

Brecha en alza
La distancia entre el blue y el dólar oficial ya superó el 71%, y todas las luces de alarma se encienden para la economía.
Para Gabriel Caamaño Gómez, de la consultora Ledesma, el sector privado lo toma como el «anticipo de un ajuste cambiario», al tiempo que sienten una «mayor incertidumbre respecto del futuro de la economía».
Por otro lado, el freno en la liquidación de exportadores hace que el Banco Central restrinja dólares para importar insumos, lo que afecta a las líneas de producción de las industrias y contrae el nivel de actividad, con consecuencias en el empleo.
En el sector servicios, los efectos de una amplia brecha cambiaria también se hacen sentir en varios rubros, como por ejemplo el turismo.
«Una ampliación del gap afecta en forma inmediata la balanza de servicios, que refleja la cantidad de dólares que entran y salen del país por conceptos tales comoturismo y transporte, entre otros», apunta Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral.
A modo de ejemplo, desde Elypsis, el economista Luciano Cohan argumenta que «cuando el año pasado se estabilizó en niveles superiores al 60%, los particulares optaron por adelantar sus gastos vinculados con viajes al exterior, algo que podría repetirse este año».
De acuerdo con Andrés Azicri, director de la misma consultora, «hoy está claro que existe un desincentivo para liquidar divisas, porque el sector privado -al ver que el blue está a más de $14- percibe que el oficial a $8,40 quedó muy barato».
En tanto, los analistas de Economía & Regiones advierten que la situación cambiaria se tensará hacia fines de año, cuando el Banco Central deba emitir unos $130.000 millones para financiar al Tesoro por el déficit fiscal acumulado.
Ello coincidirá con el momento más bajo en el ingreso de dólares provenientes de la exportación agrícola, con lo cual habrá menos respaldo de divisas para los pesos circulantes.
Un factor que los analistas ven con preocupación es que ahora se redujo la capacidad que mostrara el Banco Central para retirar pesos del mercado mediante la emisión de «papelitos» de deuda (Lebac).
La entidad -por más voluntad que tenga de «pasar la aspiradora» para retirar moneda local del circuito- está próxima a encontrar un límite. Por cierto, retirarlos a cambio de ofrecer títulos no es gratis.
Según estiman consultores privados, entre septiembre y diciembre deberá pagar unos $120.000 millones por vencimientos de aquellos títulos (Lebac) que ha venido entregando a cambio de aspirar moneda local.
«La situación se complica más por la imposibilidad de conseguir dólares. La suba del blue demuestra que el default tiene su costos», afirma la analista Marina Dal Poggetto.
En tanto, el mercado parece estar atento a sólo dos indicadores fundamentales:brecha cambiaria y nivel de reservas, ambos con perspectivas desalentadoras.
La desconfianza se agudiza por la pelea con los «buitres» y por señales confusas que emanan del Gobierno, que hacen subir al blue.

«En un escenario como el actual, lo que ocurre es que se desincentiva la oferta de divisas. Todo aquel que tenga billetes verdes o un activo dolarizado, tratará de retenerlo, porque siente que es inevitable otra corrección cambiaria», describe Jorge Todesca de Finsoport.

Ahora bien, si el dólar blue empuja al oficial, ¿qué es lo que empuja al primero? Si los comentarios de economistas e inversores tuvieran que resumirse en una sola palabra: «incertidumbre».