Argentina es el país que más apreció su moneda peso contra el dólar desde las elecciones en Estados Unidos, en noviembre del año pasado.

Según un informe de la consultora Quantum, la llegada del líder republicano a la Casa Blanca se tradujo en una depreciación inicial de las monedas como el peso, el real, el peso mexicano, el yen y el euro. Pero esta tendencia comenzó a revertirse desde mediados de enero de este año y la moneda argentina fue la que más logró revaluarse, medida en términos reales.

Desde la asunción de Trump, el dólar vivió una temporada alcista a nivel global que repercutió en la canasta de monedas. Concretamente, estos siete meses que transcurrieron pueden dividirse en dos etapas. Hasta el 19 de enero, tanto el peso mexicano como el yen fueron las monedas que más se depreciaron, medidas en términos nominales como reales. En tanto, el euro se depreció un 4% nominalmente.

El tipo de cambio local, por su parte, se depreció un 5,5% pero resultó en una apreciación real a partir de la inflación.

«A diferencia de otros casos, en Argentina la apreciación real es resultado de una combinación de factores, que involucran la tasa de inflación, que se mantiene elevada, aunque se reduce, y presiones de apreciación del tipo de cambio por el ingreso de capitales para financiar el déficit fiscal (Nacional y Provincial) y la liquidación de divisas de exportación de la cosecha agrícola», señalaron en Quantum.

Pese al salto que dio el dólar en la plaza local a partir de la crisis política en Brasil, la moneda argentina se revaluó desde fines de diciembre en un 9,2% en términos reales, por lo que superó al reacomodamiento que sufrió el peso mexicano –una de las monedas más castigadas por el «efecto Trump»–, la libra esterlina y el real brasileño.

El atraso cambiario es una de las preocupaciones recurrentes de los analistas económicos de Argentina.  (ver análisis de atraso cambiario ) Según el último informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, el tipo de cambio real volvió a caer 1,4% en abril y el atraso cambiario ya llega a 28,1% con relación a diciembre de 2015.

Esto se traduce en un aumento de las importaciones en detrimento de las exportaciones locales. «En el primer cuatrimestre del año se observa un fuerte crecimiento en las importaciones de textiles (30%), calzado (25%) y automóviles (72%). La contracara es el derrumbe de las ventas al exterior de minerales metalíferos (44,2%), productos farmacéuticos (37,4%) y preparados de frutas y hortalizas (11,8%), en comparación con igual periodo del año anterior», analizó Víctor Beker, director del CENE.

«La apreciación real acumulada del orden del 10% en los últimos meses tiene consecuencias sobre sectores productores de bienes transables», coincidieron en Quantum y añadieron: «Suavizar esos efectos requerirá acciones concretas de política, de corto y de mediano plazo, en particular seguir reduciendo el déficit fiscal.»