Las cotizaciones del petróleo en Nueva York cayeron este jueves a sus niveles más bajos desde inicios de mayo de 2009, luego de una jornada particularmente volátil, en medio de preocupaciones persistentes por la sobreoferta de crudo.

El precio del barril de «light sweet crude» (WTI) para entrega en enero perdió 2,36 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex) para ubicarse en 54,11 dólares.

En Londres la cotización del barril de Brent para entrega en febrero pasó por debajo de los 60 dólares y cedió 1,91 dólares a u$s59,27 en el Intercontinental Exchange (ICE).

En la apertura en Nueva York el crudo trató de continuar su pequeña alza del miércoles tras un anuncio de caída de reservas en EEUU, pero volvieron a caer en la mañana y se derrumbaron en la última hora de intercambios.

«La volatilidad es muy importante y pienso que va a seguir siéndolo de aquí a fin de año por falta de elementos fundamentales para el mercado», destacó a AFP Carl Larry de Frost & Sullivan.

Los inversores se vieron alentados por la decisión de la Fed de conservar sus tasas de interés sin cambios para sostener la reactivación y su compromiso de ser «paciente» antes de tomar una decisión.

El mercado además recibió la declaración del ministro saudita del Petróleo, Ali al-Nuaimi, quien afirmó que es «imposible» para su país, el principal productor de la OPEP, reducir su producción de crudo, y consideró que «las fluctuaciones de las cotizaciones en los mercados de materias primas, entre ellas el petróleo, (son) normales».

La OPEP decidió mantener a fines de noviembre su nivel de producción en 30 millones de barriles diarios, lo cual presionó más a la baja al petróleo.

En el plano internacional, los precios del petróleo pesan sobre algunas economías.

La agencia de calificación financiera Fitch bajó severamente el jueves la calificación de solvencia de Venezuela, de «B» a «CCC», una categoría que designa los países para los que una suspensión de pagos es una «posibilidad real».

Fitch justificó esa decisión a causa de la vulnerabilidad del país latinoamericano ante la caída vertiginosa de los precios del crudo, que «erosiona la principal fuente de divisas» para su economía