Los bancos bancos tendrán 90 días para dar de baja definitivamente las cajas de ahorro en dólares abiertas en tiempos del cepo cambiario para que los que recibían autorización oficial para comprar dólares, y procedían a adquirirlos sin pagar el recargo impositivo que habilitaba a disponer de los billetes en lo inmediato, dejaran depositado ese dinero por un año.

Se trata de las cajas de ahorro en dólares específicamente creadas para ese atesoramiento por la circular A 5526 del BCRA, que complementaba las «condiciones de acceso al mercado local de cambios de personas físicas para la formación de activos externos». En ellas, hasta fin de julio, se mantenían depositados unos 54 millones de dólares. Ese dinero, ahora, los bancos tendrán que transferirlo a otras cuentas en dólares de esos clientes antes de proceder a darlas de baja definitivamente.

Pero en el caso de que el cliente no tenga otra cuenta en dólares a su nombre en esa entidad, «ésta deberá comunicarle -dentro de los 30 días corridos- que cumplido el plazo de 90 días corridos procederá, de expresar el cliente su conformidad, a abrirle una caja de ahorros en esa moneda (informando su costo de mantenimiento) y a transferirle los fondos» o que contará con ese plazo para hacer un retiro por caja.

Y en los casos en que la entidad no obtenga la mencionada conformidad del cliente y que éste -además- no se hubiera presentado a retirarlos, «el saldo deberá ser transferido a saldos inmovilizados», estipula la norma.

Varias motivaciones

La obligación de avanzar hacia el cierre de estas cuentas quedó establecida en la comunicación A6305 que publicó el último viernes el BCRA. Desde ese día corren los plazos antes mencionados.

La medida procura un ordenamiento de un sistema «inflado». Desde fines de 2014 hasta marzo de este año (último dato oficial) la cantidad total de cajas de ahorro en el sistema creció de 33,8 a 46,1 millones (36,5%). Se estima que unas 15.000 cuentas se habían creado para descargar dólares comprados en tiempos del cepo.

«Los bancos suelen ser renuentes a cerrar cuentas, en muchos casos para mantener «maquillada» su participación de mercado», explican desde el ente rector. De allí que la depuración se haya planteado como obligatoria.

Otro objetivo de la norma es que no se desperdicien recursos.

El presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, reconoció ayer que por las tasas atractivas a las que se ofrece el crédito bancario local en dólares y la ampliación de los usos posibles que el ente regulador dio al sistema bancario, éste vio reducir su liquidez en esa moneda fuerte en los últimos meses. «De los 7500 millones de dólares ociosos que había a principios de año quedan unos 1500 millones hoy», detalló ayer al exponer en un evento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA).