Las cajas de ahorro, incluyendo la provisión de una tarjeta de débito, y las transferencias de personas físicas que se realicen por medios automáticos (cajero o terminal de autoconsulta) y electrónicos (home banking) serán gratuitas desde el próximo viernes 1° de abril, según anunció ayer el Banco Central (BCRA). La medida apunta a remover una de las barreras de acceso que tiene el sistema bancario local para favorecer la bancarización de pagos y cobros, y ayudar a combatir la economía en negro.

Pero, además, implica el inicio de un tránsito hacia un esquema de servicios con una prestación básica gratuita que convivirá con una libertad de precios para el resto de los productos bancarios que habían sido regulados en los últimos años (tarjetas de crédito, comisiones por chequeras, etc.) desde septiembre.

Hasta ese entonces regirá un esquema mixto con topes para los aumentos en los precios de esas comisiones que, en esta etapa y durante los próximos seis meses, no podrán superar el 20% y deberán ser avisados a los clientes con una anticipación no inferior a los 60 días, aclaró el comunicado del BCRA.

La iniciativa «es un paso hacia el sistema que piensa la actual conducción del BCRA: con costo de acceso 0 para tratar de ampliar la base, pero, a la vez, precios libres para el resto, aunque con mayor competencia y transparencia para poder comparar», evaluó el consultor Hernán del Villar, del Estudio Alpha, quien juzga «positivo» que se haya asegurado la gratuidad genérica para una cuenta de ahorro.

El Banco Central destacó que el objetivo es «potenciar el acceso a servicios financieros» a toda la población. «Todas las cajas de ahorro actualmente existentes pasarán a ser gratuitas, ya que los bancos deberán ofrecer la caja de ahorro como servicio separado de otro producto o paquete que tenga cargos», explicó la entidad mediante un comunicado. El sistema cuenta hoy con 37,2 millones de cajas de ahorro activas.

La nota detalló que esas cajas de ahorro «no tendrán restricciones de montos, ni costos de apertura, mantenimiento o renovación» y deberán ser «gratuitas sus transacciones, ya sea por ventanilla, cajeros o vía home banking». Esto se complementa, además, con una liberalización de los montos que las personas podrán mover sin costo entre cuentas. «Las transferencias electrónicas se podrán efectuar todos los días y a toda hora y con gratuidad absoluta independientemente del monto transferido en el caso de individuos.»

En cuanto a las empresas, se elevó de $ 100.000 a 250.000 el monto a partir del cual los bancos pueden cobrar por las transferencias.

La caja de ahorro gratuita viene a reemplazar a la cuenta gratuita universal creada en 2010 y que los bancos con más de 10 cajeros automáticos estaban obligados a ofrecer al público y otorgar con la sola condición de que el solicitante presente su DNI, aunque con límites para operar.

Y de algún modo replica la experiencia que el actual jefe del BCRA, Federico Sturzenegger, llevó adelante mientras presidía el Banco Ciudad, cuando la convirtió en un producto de acceso general con la sola condición de que su titular realizara al menos un pago por débito una vez al mes para que siguiera abierta a costo 0.

Para Miguel Arrigoni, de First Corpore Finance Advisors, la iniciativa es «muy buena», pero debería complementarse con la posibilidad de «emitir una cantidad de cheques de bajo monto por mes para favorecer pagos bancarizados en lugares donde no es fácil hallar aún un posnet para cursar pagos por débito». «Así funciona en otros países y no hay nada de malo en copiar lo bueno», dice.

Su colega Eduardo Ganapolsky, de Proficio Investment, dijo que la gratuidad «ayudará a fomentar el acceso a los bancos». Pero advierte que el nuevo esquema «al liberar la opción de aumentar las comisiones a partir de septiembre en todos los productos no gratuitos hará que empresas y cuentacorrentistas terminen subsidiando a los tenedores de cajas de ahorro, lo cual puede ser una buena política social, pero no ayudará al blanqueo de operaciones tanto como lo haría la eliminación del impuesto a los débitos y créditos».

El BCRA aclaró que los bancos estarán entonces obligados «a informar el precio de la competencia cuando decidan cambiar un precio» habilitando un link que remitirá a su web y permitirá a los clientes de ese banco ver «los precios que cobran otros bancos a los suyos».