Para el mercado, la fórmula del Frente Para la Victoria tiene dos componentes: Daniel Scioli es el candidato oficial y Zannini, el blue. La escapada de el precio del dólar tiene mucho que ver con esto.
Si uno pregunta “¿A cuánto está el dólar?” lo más probable es que le respondan $13,50 y no $ 9. El valor del dólar paralelo está más presente en la cabeza de la gente que el oficial. Después de todo, el blue es el precio del dólar realmente existente, el que se puede comprar sin permiso del Gobierno.
La brecha blue/oficial se apropió también estos días de la discusión política. Para el mercado, la fórmula del Frente Para la Victoria tiene dos componentes: Daniel Scioli es el candidato oficial, Carlos Zannini el candidato blue. La escapada del dólar paralelo tiene mucho que ver con esto. El mercado también está mirando al candidato blue, a Zannini y a todo lo que él representa.
La primera impresión –después de todo pasó una semana desde el anuncio- es que el margen de maniobra de Scioli (si eventualmente se convierte en Presidente) estará limitado por lo que le deje o no le deje hacer el kirchnerismo.
En la plaza financiera, esto se interpretó de varias maneras: en principio, que el cepo cambiario seguirá vigente por mucho tiempo después de diciembre, que la unificación cambiaria se hará esperar y en definitiva, que también se hará más trabajoso conseguir los dólares que necesita la economía para recuperar pulso.
“El salto de un peso que mostró el dólar blue en apenas una semana está reflejando esas dudas” le decía ayer a Clarín un muy alto ejecutivo del sistema financiero.
Pero no solo el precio del dólar blue se mueve por percepciones subjetivas. La cantidad de pesos que están en circulación hace lo suyo. Hasta ahora venía funcionando bastante bien una bicicleta conocida: apostar a la tasa que paga el Banco Central por las Lebac mientras el dólar blue se mantenía más o menos quieto. También el llamado “boom” de los plazos fijos. Pero esa bicicleta se empezó a desmontar porque nadie quiere ser el último en bajarse. El factor Zannini fue una excelente excusa para olvidarse de la tasa en pesos y volcarse al dólar. Nada ilegal. El grueso del mercado se dolariza comprando dólares en la Bolsa. ¿Será por eso que ayer volvieron los rumores de que alguien muy cercano al candidato a Presidente pedía trabar esa operatoria?
Hablamos del dólar Bolsa, que en una semana también pegó un salto importante, de $ 11,50 a $ 12,50.
La duda es qué pasará en la primera semana de julio, cuando se reanime la compra de dólar ahorro. En estos meses el gobierno se benefició de la operatoria conocida como “dólar puré”. Ahorristas que compraban dólares con permiso de la AFIP y a los cinco minutos lo vendían en una cueva. Se hacían de una jugosa diferencia y ayudaban a mantener quieto el blue. ¿Seguirá eso así, ahora que no está muy claro hasta dónde se puede ir el blue?
La llamada dolarización de carteras no sorprende a nadie. Era algo esperable. Ocurrió en el último tramo preelectoral de las elecciones 2007, y en las de 2011. En 2007 no pasó nada raro en términos cambiarios luego del triunfo de Cristina. En 2011 sí: a la semana de triunfar, apareció el cepo.
Las amenazas de allanamientos que lanzaron Aníbal Fernández o Axel Kicillof son las previsibles. Los tuits llamando a la calma del jefe del BCRA, Alejandro Vanoli, no aportaron demasiado.
Hoy, más que nunca, el mercado sigue de cerca lo que hace el blue, en este caso, el candidato blue.