Atraso de tipo de cambio, presión fiscal, shock o gradualismo, restricción externa e inversión fueron las palabras más escuchadas y que dieron lugar a más de un contrapunto entre los economistas Miguel Bein, Agustín D´Atellis y Javier Gonzalez Fraga.
Convocados por Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) los empresarios no tuvieron pronósticos contundentes, como ocurrió el mes pasado cuando los disertantes fueron Carlos Melconian, Miguel Angel Broda y José Luis Espert. Quizás por esta razón, la concurrencia de empresarios convocados fue menor y se pudo ver más dirigentes de cámaras sectoriales que dueños de empresas.
Tanto Bein (que se ocupó de aclarar en más de una oportunidad que hablaba a título personal, despegándose de Daniel Scioli) como Fraga fueron muy enfáticos al indicar el problema de la restricción externa que nuevamente enfrenta la Argentina, como así también coincidieron en que el desafío para la economía argentina es lograr atraer la inversión.
Los economistas descartaron la política de shock (en referencia a una fuerte devaluación) al tiempo que coincidieron en la necesidad de administrar el stock de divisas. Fraga, a pesar de admitir que gran parte de su carrera estuvo en contra del desdoblamiento del tipo de cambio, aceptó que para una primera etapa y por una transición, sería conveniente implementar un dólar comercial y un dólar financiero y turístico «Sería convalidar lo que ya sucede en la práctica», afirmó. Antes calificó al dólar ahorro y las compras al exterior como «un disparate y un mecanismo inmoral».
En tanto, Bein más irónico, dijo que si se sigue dando dólares para el turismo externo, va a ser necesario «compensarlos trayendo un turista extranjero» parodiando la política que implementó en su momento el ex secretario Guillermo Moreno que, para autorizar importaciones, obligaba a las empresas a que exporten por el mismo monto.
«El problema es la falta de divisas», aseveró el economista asesor del pre candidato a presidente, Daniel Scioli. Ante la pregunta de ámbito.com sobre el valor del dólar, el economista dijo «estimo un dólar oficial para el 30 de noviembre de $ 9,70».
Sostuvo que los dólares que se consigan vía exportaciones, créditos e inversiones deberán ser administrados. «Vamos a tener que continuar con el esquema de administración de reservas», anticipó Bein, provocando numerosas miradas de preocupación entre los asistentes.
Si bien antes había descartado una brusca devaluación, no dejó de reconocer que hay sectores «que hoy no pueden aumentar su producción como los productores de peras, manzanas, ajo, el sector vitivinícola, entre otros», dando a entender que es urgente atender la problemática de las economías regionales.
La intranquilidad duró poco cuando escucharon que para Bein los dólares primero «serán para el campo y la industria» después indicó que se destinarán para el pago la deuda pública, el pago de las utilidades retenidas (aunque en parte se les pedirá a las empresas que las reinviertan) y finalmente prometió que «ampliaremos todo lo que se pueda el dólar ahorro». Previamente confesó que le trajo mucho problema este tema, pero que nunca se refirió a que debía hacerse ahora. Precisamente, y dando un idea de continuidad, sostuvo «yo estoy con el teorema de Baglini» en referencia al concepto del ex diputado radical Raúl Baglini en cuanto a que el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es inversamente proporcional a su distancia al poder.
Respecto a las retenciones dijo que «son necesarias cuando se tiene un valor del dólar alto» y contó que fue él quien que le sugirió al entonces ministro Remes Lenicov que aplicara retenciones al campo. Al igual que Fraga y también el economista D´Atellis (aunque no fue tan enfático sobre este punto) consideró que «el motor de la próxima década será la inversión». Al respecto Bein afirmó que «empujar el consumo con pesos no sirve».
Fraga fue el que más aplausos cosechó. Aseveró que es necesario «volver a re direccionar la agenda de subsidios» y aportó que los subsidios de luz y gas benefician a «3 o 4 millones de personas que no lo necesitan» cuando, según sus cálculos, sólo 2 millones de usuarios serían los verdaderos destinatarios de esta ayuda estatal.
Fue muy crítico de lo que consideró una bicicleta que el gobierno avala emitiendo pesos para que luego muchos terminen comprando dólares ahorro.
El que no la pasó muy bien fue D´Atellis, que se encargó de defender las políticas vigentes. Es que además de enfrentar un público empresario que tiene discrepancias con el pensamiento oficial, tuvo que lidiar con dos experimentados economistas que suman muchos años de función pública.
Con todo, la discusión tuvo un tono amable y D´Atellis dejó en claro que «no está agotada la expansión por el consumo», en defensa del modelo de sustento de la demanda que lleva adelante el gobierno.
Este economista reconoció que existen problemas con las economías regionales, pero los atribuyó al desfavorable contexto internacional que frena nuestras exportaciones.
Con relación a la deuda externa, y tras las decisiones del Juez Griessa, consideró que no hay forma de solucionar el tema de los holdouts, ya que el fallo del magistrado neoyorkino es de cumplimiento imposible.
En suma, los empresarios valoraron la participación de D´Atellis y que no esquivara las preguntas. Gonzales Fraga fue el que más aplausos se llevó y la exposición de Bein fue la seguida con más atención, dada su cercanía al candidato presidencial Daniel Scioli.
En oportunidad del cierre del almuerzo, el titular del Cicyp, Eduardo Eurnekian anticipó que en el próximo encuentro, el primero de julio, vendrá el ministro de Economía Axel Kicillof.