Avance en el conflicto con los llamados fondos buitres : El magristrado sólo puso como condición que a nivel local se deroguen la Ley Cerrojo y la de Pago Soberano. Si los que avalaron la propuesta confirman su aceptación y el macrismo resuelve las trabas en el Parlamento, el problema del embargo quedaría resuelto

El Gobierno de Mauricio Macri obtuvo este viernes una contundente victoria política en Nueva York.
El polémico juez Thomas Griesa determinó que sacará a la Argentina del default si el Congreso argentino deroga dos leyes que impiden un acuerdo con los fondos buitres, antes del lunes 29.
La decisión del magistrado, famoso por sus históricos fallos contra la Argentina, marca un giro en la dinámica de la pelea entre el país y los holdouts.
Fue tomada luego de que el Gobierno presentara su oferta a los fondos que cuentan con un fallo a favor del propio juez, con una quita del 27,5%, que trepará al 30% de lo adeudado a quienes no hayan aceptado antes de este sábado.
Las dos leyes que el Congreso argentino debe derogar son las de Pago Soberano y la Ley Cerrojo, que son las que hoy día imposibilitan un acuerdo entre la Nación y los holdouts.
Hay dos condiciones adicionales impuestas por Griesa para reponer el «stay» (que le permite al país seguir pagando a bonistas que sí ingresaron al canje):
1- Que el Gobierno les abone a los fondos que ya acordaron en las últimas semanas -con la mediación de Daniel Pollack- el hombre puesto por el magistrado para facilitar un acuerdo.
2- Que la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos dé luz verde a lo dispuesto por Griesa, algo que se descuenta será automático.
Las altas chances de que la salida del default es inminente deja a la Argentina a las puertas de volver a colocar deuda en los mercados internacionales por primera vez desde la crisis de 2001-2002.
«Si el Tribunal de Apelaciones devuelve el permiso a este tribunal para que le conceda a la República su petición de nulidad, los requerimientos serán levantados de forma automática una vez cumplidas estas dos condiciones», escribió el magistrado.
La eventual salida del default, en la que se encuentra la nación desde mediados de 2014, permitirá la cancelación de unos u$s3.200 millones que corresponden a vencimientos ya caídos, desde ese momento hasta ahora, que quedaron bloqueados por Griesa.
Al mismo tiempo, el país debe girar un total de u$s1.100 millones a los cinco fondos que ya aceptaron la oferta de los funcionarios.

Como contrapartida, los más fuertes, NML Capital y Aurelius, mantienen el rechazo a la propuesta oficial.
La cantidad de holdouts podría incrementarse en las próximas jornadas, habida cuenta de la novedad anunciada en la noche del viernes por el magistrado.
¿De qué le serviría a un fondo de inversión seguir litigando contra la Argentina después del guiño político de Griesa mostrando que está dispuesto a levantar el bloqueo si es que el Congreso deroga las dos leyes?
En el Ministerio de Economía reinaba la cautela, aunque los funcionarios no escondían su satisfacción por el paso dado.
El último jueves 11 funcionarios macristas le habían solicitado a Griesa que deje sin efecto sus órdenes de congelamiento de fondos para así comenzar a normalizar la situación financiera. El juez le dio curso al pedido y le pidió a los holdouts que fundamenten su oposición a esa medida.
Los acreedores presentaron el jueves su escrito y el país defendió su requerimiento. En ese paper sostuvo que solicitó el stay dado que necesita volver a los mercados de capitales.
En uno de los párrafos donde se entrevé su mano política, Griesa sentenció: «Aunque el tribunal no se pronuncia sobre la razonabilidad de la propuesta de la República, reconoce serios esfuerzos de la República para negociar y su sorprendente cambio de actitud» con el actual jefe de Estado.
Por cierto, esta decisión no obliga a los fondos buitre a aceptar la oferta argentina, pueden seguir litigando si quisieran.
«Pero lo que está claro es que de ahora en más se juega otro partido. Un partido en una cancha más nivelada», graficó, en diálogo con iProfesional un abogado, que sigue de cerca las negociaciones.