Para marcar precio, esta vez el BCRA debió invertir US$ 119 millones de las reservas

La cotización del dólar volvía a dispararse ayer en un mercado en el que los pocos oferentes aprovechan la firmeza de la demanda para lograr que las divisas que venden les reporten cada vez más pesos. Pero bastó una abrupta irrupción del Banco Central -la segunda en apenas cuatro días- para fijar límites al ajuste cambiario sostenido que propicia el mercado. Todo sucedió en la rueda más caliente desde que, a mediados de diciembre, comenzó la desarticulación del cepo.

Apenas 6 minutos antes de que clausuraran las operaciones del día, y cuando el tipo vendedor mayorista se aproximaba a los $ 15,60, marcando la mayor devaluación real del oficial para una jornada desde fines de enero de 2014 (toda vez que el salto de diciembre fue un simple sinceramiento), la entidad que conduce Federico Sturzenegger volcó US$ 119 millones de las reservas al mercado para hacer que el precio retrocediera.

La oportunidad de la intervención oficial y su dimensión (triplicó a la del pasado jueves) parece confirmar la decisión de darle «volatilidad» al tipo de cambio. Esto es, intervenir sobre la plaza cuando ésta adopte una peligrosa dirección unilateral para recordarles a los operadores que «así como sube, también puede bajar», explican desde el Banco Central.

La venta a valores inferiores a los que validaba por entonces la plaza generó una rápida adecuación de precios: el billete tardó apenas 40 segundos en abaratarse 28 centavos, desandando por completo el camino al alza emprendido en el día. Sin embargo, algunas operaciones pactadas entre privados sobre el filo de la rueda a $ 15,38 marcaron la cotización de cierre y significaron otra devaluación de 8 centavos (o 0,5%) para el peso en el día.

La que quedó al margen de este retroceso, dada la hora en que se registró, fue la plaza minorista, como queda a la vista en la cotización de $ 15,64 promedio para la venta que marcaron las casas de cambio del centro porteño, lo que supone un salto de 27 centavos (o 1,8%) respecto del cierre previo, a $ 15,37.

Los operadores creen que los esfuerzos que hizo en los últimos días el Banco Central por tomar control de la dinámica de la plaza llegaron algo tarde, lo que lo obliga a aumentar su inversión para obtener algún tipo de resultados. Aluden a que el pasado jueves le habían bastado US$ 41,3 millones para conseguir lo mismo que ayer le costó US$ 119 millones.

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«El problema son las expectativas que genera cualquier aumento sostenido de la divisa. Lo usual en estos casos es que los vendedores se retraigan por temor a malvender mientras los compradores se apuran para evitar el riesgo potencial de tener que pagar el dólar más si se demoran», explican.

Esas conductas encontraron sustento en la tendencia unidireccional que adquirió el mercado en las últimas semanas, con el dólar moviéndose persistentemente al alza en la plaza aquí, aun en días en que se abarata en otros mercados, lo que obligó al Banco Central a dejar de ser pasivo.

Muchos economistas vienen advirtiendo que la estrategia oficial de permitir sostenidos ajustes es arriesgada por la incidencia que el valor de la divisa suele tener sobre la inflación en un contexto de suba de precios y de tarifas.

La directora del estudio Bein, Marina Dal Poggetto, no tiene dudas al respecto: «Con el dólar arriba de 15 pesos hay remarcación». El ex gerente del Banco Central Pedro Rabassa no es tan terminante. «Muchos precios se fijaron con el dólar a 16», dice. Pero, a la vez, advierte que las alzas sostenidas del tipo de cambio «ponen nerviosa a la gente» porque suponen el riesgo de que «los precios suban cuando el dólar sube y no bajen cuando la divisa baja», lo que no sería deseable «para este momento de inflación y con las paritarias en el medio», sostuvo.

La escalada de media tarde incluso desorientó a algunos analistas. «¿Qué va a pasar con los futuros de febrero y marzo? ¿Más emisión?», se preguntaba por Twitter el economista Carlos Rodríguez, tomando en cuenta la pesada herencia que la actual administración del Banco Central recibió de su precedente por las desquiciadas y posiblemente delictuales apuestas realizadas con futuros cambiarios.

Vale recordar que los esfuerzos por absorber pesos que lleva adelante en procura de restarle combustible a la inflación se pueden ver afectados por la emisión superior a los $ 10.000 millones que deberá hacer para cubrir las diferencias de cotización al terminar el mes. De allí que algunos crean que, para no correr el riesgo de incumplir las metas monetarias planteadas (que suponen cerrar febrero con un crecimiento de la emisión por debajo del 27% anual), de aquí en más esté algo más atento a la conducta del dólar. Se verá