La reducción de personal en las cuevas porteñas, en algunos casos, puede llegar hasta el 20% del personal que contratan los cambistas informales. Los turistas volvieron a ser los clientes más valorados tras la eliminación del cepo

A 50 días del fin del cepo cambiario, los cueveros comenzaron a reducir parte de su plantel de «arbolitos» ante la menor demanda de divisas. Y un dólar oficial que hoy se encuentra por arriba del precio del blue le quita además atractivo al mercado informal. Pese a que esta situación es poco habitual y en el mercado estiman que pronto se revertirá, la brecha entre los dos valores es ínfima y afecta las ganancias de los cueveros. Ayer el dólar en las pizarras terminó a $ 14,40, nuevo máximo histórico, mientras que el blue cerró a $ 14,30.

Tras la eliminación de las restricciones para adquirir divisas, los cueveros ya habían alertado sobre la fragilidad de su futuro en el negocio de la City porteña. Dos meses después, los mismos operadores advierten que comenzaron a despedir a algunos de sus empleados.

«La demanda se redujo drásticamente. Sólo quedan algunos pocos jugadores de peso que se mueven en la economía informal y que son clientes de años. Pero la demanda minorista y de turistas se achicó en los últimos dos meses, en comparación a un año atrás», comenta resignado un cambista en diálogo con El Cronista.

En este sentido, otro cuevero reveló: «La semana pasada le tuve que decir a dos pibes que ya no los necesitaba más». Y con un dejo de tristeza agregó: «Eran buenos, se movían bien y traían varios clientes, pero ya no los puedo mantener más, el negocio ya no me es redituable como en el pasado».

En este último caso el plantel de la cueva, que se ubica en las cercanías de la calle Florida, contaba con cinco empleados. Otras cuevas algo más grandes estiman que el porcentaje de despidos, en principio, podría ser de hasta el 20% del plantel.

En medio del reacomodamiento, algunos turistas siguen recurriendo a este mercado para cambiar sus divisas y esos son los clientes más preciados de los «arbolitos» de la calle Florida. En tanto, los pequeños ahorristas y algunas empresas se retiraron de este mercado y volvieron al formal.

Los arbolitos que se mueven por el microcentro porteño también expresan su preocupación. Un hombre de unos 40 años, que hace cinco años que está en el negocio del billete informal sostiene que tiene miedo de perder su fuente de trabajo. «No tengo estudios y se me dificulta encontrar un trabajo formal. El tema es que ahora se está complicando acá también», indicó.

Con el fin del cepo cambiario, los controles y los operativos policiales para detectar cuevas desaparecieron y eso ayuda a que los «arbolitos» puedan trabajar más distendidos. «Lo que ganamos en tranquilidad por la falta de inspecciones, lo perdemos a la hora de la incertidumbre sobre nuestro trabajo», agregó otro hombre.

Para los próximos meses, algunos cueveros son más optimistas y esperan que no se agrave la situación. Creen que lo peor ya pasó y ahora apuestan por reacomodarse y apelar a su ingenio para encontrar nuevos negocios.
Sin embargo, otros ven el vaso medio vacío y creen que se podría profundizar la crisis en este sector. «Hoy no puedo descartar nuevos despidos pero es muy pronto, prefiero no hacer futurología. Somos pocos y no quiero preocupar a nadie», finalizó un cuevero.