El real brasileño no retrocedió ni una sola rueda desde que arrancó el año. Así, el dólar perdió en Brasil 2,5% durante la primera semana del 2018 hasta un nivel de 3,31 reales.

De esta manera, el real tuvo su mejor inicio de año desde el 2009, cuando el dólar se desplomó 4%. Los analistas del mercado vecino señalan que signos de mejora en el nivel de actividad global, esto es, la recuperación económica, aumenta el apetito por activos de más riesgo como los brasileños, esto incluso en un contexto de relajamiento de la política monetaria en EE.UU., que tiende a tener el efecto contrario en las monedas de la región.

A su vez, la reactivación de Brasil también sigue en marcha, a la par de un fuerte descenso de la inflación, lo que viene habilitando un agresivo recorte de asas. El Banco Central de Brasil indicó en las minutas de su última reunión que «parece adecuada» una nueva y moderada reducción de los intereses en febrero, después de la realizada en enero del 7,5% al 7%, su menor nivel histórico.

En una reunión, el Comité de Política Monetaria (Copom) del banco volvió a resaltar que el proceso de flexibilización continuará dependiendo de la evolución de la actividad económica, del balance de riesgos, de posibles revalorizaciones de la estimación de la extensión del ciclo y de las proyecciones y expectativas de la inflación.

El encuentro debatió «el riesgo de que la actual coyuntura inflacionaria sea interrumpida por una frustración de las expectativas sobre la continuidad de las reformas y ajustes necesarios en la economía brasileña».