Tras la escalada que tuvo el dólar en el mercado informal la semana pasada, la decisión de Cristina de Kirchner de mostrar en el feriado del viernes una imagen más negociadora en relación con la deuda en default debería impactar positivamente en la cotización. Todo indica que así como las acciones y los bonos treparon hasta un 15% en Wall Street el viernes (una suba que no llegó aquí porque el mercado estuvo cerrado), también deberá repercutir en las cotizaciones locales.

El «blue» había cerrado a $ 12,40 el jueves, en medio del nerviosismo de los operadores por las idas y vueltas relacionadas a la postura argentina con los «holdouts». Durante la semana se registraron incluso muchas operaciones a $ 12,50, aunque el cierre de esas jornadas fue levemente más bajo. Tras las novedades del viernes y la inminente negociación que se aproxima en Nueva York, está todo dado para que se calme la ansiedad de los inversores y que la cotización del dólar en las cuevas tenga un retroceso, aunque no será sustancial. La suba de casi 25% del «blue» en lo que va del año luce algo exagerada incluso en relación con la elevada inflación registrada en el primer semestre.

Al Gobierno le inquieta esta aceleración del «blue», fundamentalmente porque volvió a agrandarse la brecha con el dólar oficial. Tras haber bajado a cerca del 30% en marzo y abril, volvió a incrementarse y se ubica por encima del 50%. Esto genera todo tipo de distorsiones, favoreciendo el uso de tarjeta en el exterior, pero también acelerando pedido de importaciones. Por eso, el objetivo es volver a confluir a niveles debajo del 40%, entre un incremento gradual del oficial (que está en niveles de $ 8,15) y bajándole la presión al paralelo.

La cotización del dólar se moverá en el segundo semestre del año de acuerdo con dos variables: por un lado el manejo de la política monetaria por parte del BCRA y por otro la evolución del ingreso de dólares, lo que incidirá directamente en el nivel de reservas.

La suba que tuvieron los bonos el viernes refleja que el interés de los inversores por la Argentina se mantiene intacto, más allá del recrudecimiento de la batalla con los «holdouts» y el fallo en firme contrario de la Justicia norteamericana. De hecho, los títulos tuvieron una caída fuerte el lunes, ni bien se conoció la negativa de la Corte Suprema a tratar el caso argentino, pero luego los precios se estabilizaron y tuvieron un fuerte rebote el viernes. El Boden 2015, por ejemplo, terminó rozando los u$s 100 en Wall Street, su mayor valor en los últimos años.

Aunque se aguarda volatilidad en las próximas semanas por las idas y vueltas que podría tener la negociación con los fondos buitre, en general es muy generalizada la postura de que el riesgo-país podría tener un ajuste sustancial en los próximos meses. Esto permitiría colocar deuda a tasas más bajas (un dígito para el soberano o al 8% para YPF), aunque recién hacia fines del tercer trimestre. En ese escenario, el ingreso de dólares permitiría que el Central mantenga cierta estabilidad en el nivel de reservas, que tendrán fuerte presión en los próximos días: el 30 vencen u$s 900 millones del bono Discount (hoy en riesgo por el levantamiento de la medida cautelar de la Justicia norteamericana) y en julio hay que cancelar otros u$s 650 millones correspondientes al primer pago cash que se acordó con el Club de París.