¿Qué establece el índice Big Mac creado por The Economist ante el nuevo panorama cambiario? La persistencia de la divisa oficial a $8 acompañada por la caída del blue volvió a traer confusiones sobre cuál sería el valor ideal para alcanzar el equilibrio
El Gobierno intenta imponer la idea de que, en su nivel de $8, el tipo de cambio encontró una nueva estabilidad y que no habría justificación para nuevas presiones devaluatorias.
Según argumentaron varios funcionarios, la «convergencia» del dólar a su escalón actual permitió una recuperación de la competitividad de las economías regionales que antes estaban con dificultades para exportar.
Pero, al mismo tiempo, es un nivel que no compromete ni los salarios ni las necesidades de importación de insumos para la industria. Por ello la ministra Débora Giorgi no vaciló en calificar al nuevo precio del dólar como «excelentísimo».
Pero en la Argentina este tipo de discusión nunca logra unanimidades. Y esta vez no fue la excepción: cada vez más se escuchan voces de economistas que alertan contra el riesgo de volver a incurrir en atraso cambiario, dado que mientras se estabiliza la nueva paridad, la inflación sigue su curso y ya acumula un 15%, de acuerdo con las estimaciones privadas.
En este sentido se destacan los reclamos desde el sector agropecuario, especialmente el vinculado con la producción de soja, que afirma que $8 no es lo suficientemente atractivo.
Y, junto con ello, empezaron las insinuaciones sobre la necesidad de aplicar nuevas correcciones en un futuro próximo.
Los economistas, a pesar de considerar que un valor de la divisa a $8 «no está mal», coinciden en afirmar que para el mercado aún no es suficiente.
«Lo que hay que tener en cuenta es que el tipo de cambio de equilibrio es aquel que iguala la oferta y la demanda y hoy hay más demanda que oferta», aseguró Jorge Todesca, director de la consultora Finsoport.
«A simple vista, claramente un dólar a $8 es poco -señala el economista Enrique Szewach-; y si esto no fuera así, entonces veríamos a la gente vendiendo dólares y está claro que eso no ocurre».
Para Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central, «esta cifra no es un mal número, pero creo que es el piso, que el tipo de cambio debería estar entre $8,50 y $9 para que esté en equilibrio y brinde competitividad».
En este contexto en el cual cada analista tiene su propia versión sobre cuál sería el valor ideal del dólar, vuelve a reeditarse un debate clásico entre los economistas: ¿cómo se determina cuál es el tipo de cambio de equilibrio?
La paridad cambiaria argentina según el índice Big Mac
Para la teoría económica, una forma de establecer ese nivel puede ser el precio en el que la cantidad de dólares que ingresan al país iguala a la que sale, lo que en la jerga se llama «equilibrio en la balanza de pagos».
Pero no es un criterio que tenga aceptación unánime.
Otro mecanismo muy difundido es el que surge de la comparación entre el peso y las monedas de otros países, una forma de determinar si los costos argentinos están demasiado altos en términos internacionales, al punto de dificultar su capacidad exportadora.
Y junto con estos indicadores aparece el Big Mac Index (índice Big Mac) uno de los índices más populares del mundo para determinar cuáles son las divisas que están lejos de su nivel de equilibrio.
Creado por la revista The Economist en 1986, a partir de relevar lo que se cobra por la hamburguesa de la cadena McDonald’s en diversas ciudades del mundo, fue tomada al comienzo como una curiosidad, pero con el correr de los años empezó a ser considerado más en serio por los economistas.
El fundamento teórico del Big Mac Index es que, al tomar como referente un artículo estandarizado -tanto en sus componentes como en su metodología de producción- y por estar presente en una gran cantidad de países, el valor de la hamburguesa resulta un precio confiable para comparar tipos de cambio y poner de manifiesto las diferencias entre territorios.
La teoría de la «paridad de poder de compra» indica que, salvo que haya distorsiones, en todos los países los artículos deberían tender a un mismo precio. Y que todas las Big Mac deberían cotizar a valores muy similares que en Estados Unidos, dada la condición del dólar como parámetro de moneda en el mundo.
Sin embargo, esto casi nunca ocurre. Y justamente estas diferencias relativas de precios son las que le permiten a The Economist dar pistas sobre qué tan subvaluadas o sobrevaluadas están las diferentes divisas.
• Hay casos de países en los que el costo del Big Mac (medido en dólares) es más alto que en Estados Unidos. Esto da indicios de una moneda apreciada y de una nación con riesgos de devaluación.
• Por el contrario, si la hamburguesa está más barata, esto estaría marcando la presencia de un territorio con su moneda debilitada y que está consumiendo por debajo de sus posibilidades.
¿Qué dice el Índice Big Mac sobre la Argentina y el peso tras la última devaluación? La respuesta debiera ser fácil de responder, pero el desdoblamiento cambiario y ciertos «asuntos internos» se encargaron de complicar un poco las cosas.
Primero, porque el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, presionó sobre la cadena McDonald’s para que ésta mantuviera un precio artificialmente bajo, de manera de evitar que -en la difusión de la estadística a nivel mundial- el país apareciera demasiado «caro en dólares».
Lo cierto es que surgieron dudas respecto de los criterios del precio de esta hamburguesa, lo cual llevó a The Economist a suspender la información sobre la Argentina en su ranking.
De todas formas, varios economistas «descubrieron» que el cálculo puede hacerse con valores casi iguales a los del «Big Mac libre» si se sustituye la hamburguesa, que aún presenta su precio «congelado» a pesar de la salida de Moreno.
Es por esto que se realiza el mismo estudio pero sobre el costo de otra hamburguesa de la cadena americana, por ejemplo, el «Cuarto de Libra».
Las mini-devaluaciones no abarataron la hamburguesa
Sólo nueve meses atrás, cuando el dólar oficial cotizaba en $5,45 y el blue se acercaba a los $9, el «índice Big Mac argentino» -calculado en base al valor del Cuarto de Libra que en ese momento costaba $30- revelaba que la moneda local estaba sobrevaluada en un 26 por ciento.
Esta cifra surge de comparar su valor dolarizado al tipo de cambio oficial, que daba un precio para este producto de u$s5,50 con lo que costaba en los Estados Unidos en ese momento: u$s4,37.
En cambio, al hacer el cálculo usando el tipo de cambio paralelo, el resultado era totalmente opuesto: una subvaluación del 20 por ciento.
En otras palabras, lo que indicaba en ese entonces el Big Mac Index era que el dólar oficial estaba demasiado bajo pero el blue, demasiado alto.
De esta manera, con una brecha entre ambas cotizaciones de poco más del 60%, el tipo de cambio de equilibrio en julio de 2013 era de $6,86.
Pero, aunque cercanos en el tiempo, estos números ya son «historia vieja» en la política económica argentina.
Previo al salto devaluatorio de enero, el plan apoyado por Kicillof consistía en disminuir el valor del peso frente al dólar de manera gradual al generar «minidevaluaciones» diarias.
Así, desde el 20 de noviembre hasta el día previo al salto de la divisa, la apreciación fue del 18% y el dólar oficial cotizó oficialmente en $6,84, un valor cercano que, meses atrás, equivalía al tipo de cambio de equilibrio.
De esta manera, si se toma el valor de la hamburguesa en Estados Unidos correspondiente a enero de 2014 (u$s4,62), y se compara con su valor en dólares en la Argentina, el tipo de cambio oficial de equilibrio para ese momento era de $8,65.
Lo que refleja que, al día anterior de la devaluación, el tipo de cambio oficial presentaba una sobrevaluación de 27%, es decir, que a pesar de los intentos de «arreglar» la cotización, el desfasaje del peso continuó siendo el mismo de los meses previos.
A simple vista, queda claro que el gradualismo instalado por el nuevo económico fue considerado un fracaso en cuanto a recuperar competitividad.
Para el índice Big Mac, el dólar debería valer $8,65
¿Cómo queda la la moneda argentina en el Big Mac Index luego de la devaluación?
Por cierto que se genera una instantánea disminución de esa persistente sobrevaluación que se venía registrando desde hacía tiempo. Pero, ¿alcanza como para afirmar que, ahora sí, se alcanzó el equilibrio?
Mal que les pese a los funcionarios K, la respuesta es no. Todavía falta un ajuste adicional, no demasiado grande, pero falta.
En el momento inmediatamente posterior a la devaluación, el valor del Cuarto de Libra en dólares bajó a u$s5, por lo que en comparación con los u$s4,62 que cuesta en Estados Unidos, se seguía reflejando una apreciación de 8 por ciento.
Sin embargo, el dólar de equilibrio que surge de considerar el valor del Cuarto de Libra, continuaba siendo de $8,65, por encima del «precio correcto» defendido por el Gobierno.
El consuelo que le quedaba a los funcionarios K era que, tal como ellos venían argumentando, el dólar blue estaba marcando un nivel sensiblemente superior al del tipo de cambio de equilibrio.
La pregunta que surge ahora es cómo se ha modificado este cálculo desde la devaluación de enero hasta ahora, habida cuenta de que los precios han subido por ascensor mientras que el dólar quedó parado en la planta baja.
En lo que respecta a la hamburguesa Cuarto de Libra, tomada como referencia, hubo un incremento de 10%, lo cual altera los números, en el sentido de marcar una mayor sobrevaluación del peso argentino.
Con su nuevo valor de $44, la hamburguesa pasa a costar u$s5,50, lo cual implica una sobrevaluación de 19% frente a la que se vende en los McDonald’s de Estados Unidos.
Para que el producto tenga el mismo precio en ambos países, sería necesario que el tipo de cambio en la Argentina fuera de $9,52 por dólar, en línea con el valor que los economistas proyectan para la divisa hacia fin de año.
Nuevamente, el Big Mac Index revela que el blue está más caro que el dólar de equilibrio, aunque menos que antes. Del sobreprecio de 33% se pasó a uno de sólo 9,7 por ciento.
En la tabla mundial, entre los más caros
La reciente publicación del último relevamiento del Big Mac Index permite establecer con bastante precisión cómo queda la Argentina en la comparación internacional.
Considerando la zona euro, el Big Mac cuesta u$s4,96, lo que implica una sobrevaluación de 7,3% en relación con el valor de referencia -la hamburguesa de Estados Unidos-. Por lo que la «Big Mac argentina» también estaría sobrevaluada en comparación con el Viejo Continente, de la mano de un sobreprecio del 8 por ciento.
En otros países de la región siguen con una Big Mac más barata que la que se vende en el mercado local. En Chile cuesta u$s3,96, un 12% menos que el producto norteamericano, al tiempo que resulta casi 25% más barato que el Cuarto de Libra «Made in Argentina».