La mayoría de las entidades financieras todavía no sabe si sumarse o no a la herramienta de dólar extranjero que creó el Banco Central.

Postales de un país con múltiples tipos de cambio: en vez de ir a una casa de cambio como en cualquier otra parte del mundo, los turistas tienen que meterse en una “cueva” de la calle Florida o abrir una cuenta especial en un banco local para cambiar sus dólares a un tipo de cambio conveniente.

La “cuenta bimonetaria” para turistas todavía no tiene una gran adhesión, ni entre los bancos ni entre los turistas. Según un relevamiento de TN entre las principales entidades privadas y públicas del país, la mayoría todavía no tiene decidido si participará o no de la herramienta que creó el Banco Central a fines del mes pasado.

De una decena de entidades financieras consultadas, solo tres confirmaron que está en marcha la herramienta, pero aún con pocas consultas. “El sistema está listo, pero aún no hemos recibido consultas”, decían desde uno de los bancos que emite más tarjetas en el país.

Una de las principales entidades de la Argentina admitía que todavía está analizando si sumarse o no (ya que la herramienta es opcional), porque requiere una inversión en tecnología y no hay seguridad de que el volumen de operaciones lo valga.

“Imaginate a un alemán bajando la app del banco en Berlín”, decían, con sorna, desde uno de las instituciones. “Explicale, además, el dólar MEP: ni acá entendemos toda esa ensalada”, sumaban. Es una cuestión de costo y conveniencia, añadían.

La herramienta no es obligatoria y las entidades pueden elegir ofrecerla o no. En general, los bancos públicos se mostraron más abiertos a implementar la medida. Los bancos privados, en cambio, ven inconvenientes en el costo que implicaría y en la manera de hacer publicidad para que los elijan. Un representante del sector se preguntaba si valía la pena, por ejemplo, poner “puestos” de los bancos en Ezeiza, para que los turistas tuvieran disponible la posibilidad al llegar a la Argentina.

Cómo funciona el dólar extranjero

El dólar para extranjeros funciona más o menos así: vía app, web o de manera presencial al llegar al país, los turistas pueden abrir una cuenta bimonetaria en la que podrán depositar sus divisas por un monto de hasta US$5000. Allí podrán cambiarlas a pesos al tipo de cambio MEP, es decir, a unos $181,86, si se toma en cuenta el cierre de ayer.

Para usar esos pesos, los turistas tendrán a disposición una tarjeta prepaga o billetera virtual, que les permitirá operar sin efectivo.

Si ese mismo turista fuera a cambiar sus dólares en el circuito paralelo, recibiría $196 por cada uno de ellos, unos $15 más. Entonces, ¿cuál es el aliciente para utilizar la cuenta para extranjeros, con todas las dificultades que implica? Al momento de anunciar la medida, fuentes oficiales aclaraban que el turista evitaba riesgo de asalto o estafa con billetes falsos y que, además, los turistas europeos o estadounidenses tienen una mayor inclinación al dinero electrónico.

Por el momento, aclararon desde el Banco Central, las cuentas están vigentes, aunque no se abrió ninguna en todo el sistema financiero.

El Gobierno creó la medida con el objetivo de equiparar la operatoria cambiaria entre extranjeros y argentinos. Sucede que, si esos mismos turistas quisieran vender sus dólares en cualquier banco al tipo de cambio oficial, solo recibirían el tipo de cambio comprador neto, obviamente sin impuestos ni percepciones. Es decir, menos de $100 en la mayoría de los casos. Lo mismo les sucede, claro, a los argentinos.

Según datos del Indec, cada año ingresan por turismo entre US$5000 millones y US$6000 millones a la Argentina. Una estimación conservadora del Gobierno apunta a captar entre un 15% y un 20% de ese total con las nuevas cuentas especiales.