La emisión de Bonar 2020 de ayer fue un fracaso para el mercado; recaudó apenas US$ 669 millones, de los cuales más de la mitad fueron aportados por la Anses
Será difícil, aun para el relato oficial, anotar como exitosa la colocación de bonos de ayer. Un día después de desprenderse de US$ 5900 millones de las reservas del Banco Central (BCRA) para el pago del Boden 2015, el Ministerio de Economía logró recuperar mediante la colocación de los nuevos Bonar 2020 apenas US$ 669 millones, 11,3% de los dólares que había erogado.
Más de la mitad de esos fondos, confiaron a LA NACION fuentes cercanas al equipo económico, fueron aportados no por inversores institucionales ni por minoristas deseosos de reinvertir los dólares que habían cobrado por el Boden 2015, sino por la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), que esta vez tuvo una presencia más fuerte que la que suele tener en todas las licitaciones.
El nuevo bono no redundará luego en un gran beneficio para el BCRA, dado que, como los dólares en poder de la Anses estaban depositados en cuentas del sistema financiero local, ya se contabilizaban dentro de las reservas de la entidad. Ayer, el BCRA informó que las reservas terminaron en US$ 27.715 millones, apenas 3 millones por encima del cierre del lunes, tras el pago del Boden.
Pero el resultado no sólo estuvo muy por debajo de las expectativas del mercado, sino también de las del propio Ministerio de Economía, que ayer por la mañana, en el Boletín Oficial, había informado que ampliaba el monto de la emisión de los US$ 500 millones originales a US$ 1500 millones.
Hay quienes adjudican el fracaso de la licitación a cierta impericia del equipo económico. En la City explican que no se cumplió el principio más básico que rige toda lógica inversora, y es que el bono no ofrecía ningún premio por encima de la tasa que rinden títulos comparables en el mercado de capitales. Economía convalidó un precio de US$ 95,2, lo que significa que pagó una tasa de 9,21% anual, cuando en el mercado se especulaba con una tasa más cercana al 9,65% como piso.
«Para determinar el precio del bono -explica el responsable de un fondo de inversión-, usaron los valores a los cuales cotizan los títulos públicos en la Argentina, que son más altos que los que cotizan los bonos argentinos en el exterior. Eso hizo que quedaran afuera todos los inversores del exterior, que hubieran comprado a una tasa un poco más atractiva que los compensara por el riesgo de liquidez de la nueva emisión». Por caso, el Bonar 24, que en el mercado local ayer se operaba a US$ 100,3, en el exterior se pagaba 97,5 dólares.
La participación de los pequeños inversores, de acuerdo con un relevamiento realizado por LA NACION entre varios grandes bancos, tampoco fue demasiado relevante. Muchas entidades señalaron de hecho que no habían llegado a tiempo a armar la operatoria, apenas 24 horas después de recibidos los fondos del Boden. «Además -explicó el responsable de cambios de un banco líder-, así como muchos pequeños ahorristas prefieren cobrar el dinero por caja y no por cajero, el pequeño inversor que cobra la renta de un bono suele preferir tocar primero los dólares billete y una vez que los tiene en la mano recién ver qué hace.»
Economía incluso extendió el horario de cierre de la licitación de las 15 a las 17.30 para poder recibir más ofertas. Pero tampoco ayudó para atraer a inversores institucionales como los fondos comunes o las aseguradoras el hecho de que, hace apenas semanas, los hubiera estado presionando precisamente para que liquidaran parte de sus bonos en dólares en cartera, para así bajar forzosamente el dólar que se opera en la Bolsa (el «contado con liqui», como se lo conoce en la jerga).
Las ofertas totales del mercado ascendieron así a sólo US$ 812,7 millones, 687,3 millones menos que el monto licitado, según informó Economía en un comunicado difundido ayer a última hora. A través de sociedades de Bolsa habrían llegado unos US$ 72 millones.
«Creo que casi US$ 670 millones no es poco, pero después de un pago de casi US$ 6000 millones, me parece que pensaban recuperar algo más», opina Rafael Di Giorno, director ejecutivo de Proficio. «Veremos cómo les va con los otros bonos que lanzan en pesos y dollar-linked.»
Mañana Economía volverá a probar suerte en el mercado, pero ya no con un bono en dólares, sino con dos títulos en pesos que ayudarán a financiar el creciente déficit fiscal, aunque ya no a recomponer las golpeadas reservas. Son el Bonad 17, que es en pesos, pero ajusta por el tipo de cambio, y el Bonar B +300, que es también en moneda local y se ajusta por la tasa Badlar, la que pagan los bancos por sus plazos fijos a 30 días. Con el primero espera recaudar el equivalente (al tipo de cambio oficial) de US$ 500 millones, mientras que con el segundo intentará hacerse de 3000 millones de pesos.
Dado el exceso de pesos que existe en el mercado local, los analistas creen que no debería tener problemas para alcanzar la meta prevista. Además, como ya es usual cada vez que el Tesoro se apresta a emitir nuevos títulos, el BCRA no renovó ayer todas las letras que le vencían, para así liberar pesos al circuito, que se presume irán ahora al Bonad y al Bonar B. De los $ 9305 millones que vencían ayer de Lebac, el BCRA sólo colocó nuevas letras por $ 8216 millones.