La cifra de julio será récord para la cantidad de argentinos que compraron dólares . La cifra alcazará no menos de u$s700 millones . Los funcionarios desestiman la sugerencia de desdoblar ni restringirán la cuota de u$s200

Aun cuando resta una jornada para que termine, julio se convertirá en un mes récord en la venta de dólares «oficiales». De acuerdo a los datos preliminares, cerca de cuatro millones de ahorristas usaron el cupo de hasta u$s200 que permite mensualmente el Banco Central. En total se llevaron entre u$s700 y u$s750 millones, lo que da una idea de la fiebre dolarizadora de los argentinos.

Se trata de un récord en la cantidad de ahorristas que compraron dólares en la «ventanilla» del Banco Central. Hasta ahora, el récord lo ostentaba diciembre del año pasado, con 2,6 millones.

Las ventas de dólares del mes también fueron récord desde que se puso el límite de u$s200 mensuales. De hecho, las ventas mensuales estarán entre 20% y 25% por encima de los aproximadamente u$s600 millones de ventas de junio, que el BCRA oficializará recién en las próximas horas.

La enorme afluencia de ahorristas dolarizadores obligó al Banco Central a ponerles límites a los denominados «coleros digitales», personas que alquilaban el cupo de u$s200 de otros ahorristas (a cambio de una comisión) para elevar su cuota dolarizadora.

En un momento del mes, en la autoridad monetaria analizaron la posibilidad de cortarle la posibilidad de compra a los beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), pero finalmente se desistió. Como parte de esas personas compra dólares para aprovechar la brecha entre el dólar «oficial» y el «paralelo» para hacerse de unos pesos adicionales, los funcionarios creyeron que si se dejaba sin liquidez al mercado del «blue», la cotización del «paralelo» podría volver a dispararse.

Justamente, una de las explicaciones por las ventas récord de dólares autorizados por el Central la explica la brecha entre ambas cotizaciones. El crecimiento del «rulo»: quienes compran en el «oficial» lo hacen a unos $99 (a valores de ayer miércoles) y lo venden en el «paralelo», a un valor promedio de $125. Esos $26 de diferencia por los 200 dólares del cupo da un equivalente de $5.200.

Visto desde el Banco Central, la ola de compras de dólares son un verdadero problema. Al viernes de la semana pasada, la intervención oficial en el mercado cambiario había sido vendedora (negativa) en u$s412 millones.

Esto significa, ni más ni menos, que el Banco Central no logra quedarse con los dólares generados por el elevado superávit comercial.

Los u$s700/u$s750 millones que el BCRA expendió a los minoristas también implican un récord en el volumen de ventas desde que, tras las últimas elecciones, la administración Macri impuso el cupo de 200 dólares.

Como parte del menú de medidas para atajar la ola dolarizadora, hace un par de meses Miguel Ángel Pesce puso restricciones a las empresas que intentaban cancelar pasivos en dólares.

Sin restricciones, por ahora

¿Hay chance de un recorte del «dólar ahorro»? En el directorio del BCRA lo niegan. Acotarlo ahora, a pesar del crecimiento de las compras, sería «una muy mala señal», dicen.

Los funcionarios creen que, al contrario, el cierre de las negociaciones de la deuda dará una mayor expectativa sobre la economía argentina. Sostienen que descomprimirá la carrera por las Reservas entre el Estado y el sector privado.

Más bien al contrario, se intenta dar señales en público sobre una perspectiva de afloje en los controles. Así lo repitió ayer el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en un zoom con empresarios.

Sin embargo, el mercado trasluce escepticismo. En las últimas semanas fueron varios los economistas que advirtieron una devaluación en el horizonte. Desde Carlos Melconian a Ricardo López Murphy dijeron que el desequilibrio financiero tiene final cantado.

Los funcionarios consultados por iProfesional aseveran que tanto Pesce como el resto del Directorio están «profundamente comprometidos a no devaluar».

«La brecha va a existir pero dejará de ser un problema una vez que se termine de acordar con los acreedores», aseguran.

La hipótesis en el Directorio refiere a que el acuerdo con los bonistas relajará la brecha entre el «oficial» y el «paralelo» porque habrá mayor certidumbre sobre la marcha de la economía. Ese escenario dará lugar a una caída en la demanda por parte de los ahorristas, dada por la supuesta caída en la brecha entre ambas cotizaciones del billete verde.

«Nuestro desafío es demostrar que el rendimiento de los plazos fijos en pesos le puede ganar la carrera a la cotización del dólar», sugieren desde el Banco Central.

Eso no significa que en la autoridad monetaria abran la puerta a una suba de las tasas de interés. «La actual tasa de los plazos fijos luce atractiva», aseguran. Tras la última regulación del Central, el rendimiento mínimo de los depósitos a plazo en pesos se ubica en el 30,02% (tasa nominal anual). A su vez, el retorno de la tasa efectiva anual alcanza al 34,5 por ciento.

Eso significa que esa tasa -cuando se lo calcula en términos mensuales (2,5%), supera por algunas décimas a la tasa de inflación mensual. Si la tendencia se mantuviera, les permitiría a los ahorristas obtener una leve ganancia en términos reales. Claro, siempre y cuando la suba de los precios no se recaliente ni tampoco se acelere la devaluación diaria.

Por eso mismo, desde el BCRA rechazan la sugerencia de economistas como Melconian o Dal Poggetto, que apuntan a una aceleración del deslizamiento cambiario. «Mejor que lo hagan ahora, porque después el Fondo se lo va a pedir», dice Melconian.