Mientras los préstamos que otorgan las entidades están nominados en pesos, los inmuebles cotizan en dólares. Cómo atenuar el impacto de la suba del tipo de cambio
El salto que el dólar pegó en los últimos días del año pasado y el ruido que se produjo en las primeras semanas del año, complicó los planes de aquellos que estaban por concretar la compra de una propiedad con un crédito hipotecario.
Es que, mientras los préstamos que otorgan las entidades están nominados en pesos, los inmuebles cotizan en dólares. Tras haber acelerado su paso, estos últimos subieron en diciembre 11% y desde que comenzó 2018 acumulan un alza de casi 60 centavos. Así las cosas, aquellos que en noviembre habían calificado para un crédito de $1.500.000, recibían financiamiento por u$s 84.033 y hoy con ese mismo crédito tiene u$s 77.559.
Este problema de descalce afecta fundamentalmente a aquellos que están esperando ultimar los detalles para cerrar una compra con un hipotecario. «La verdad es que quienes están padeciendo esto están cubriendo la diferencia con familiares, venta de su auto o incluso un crédito personal en otra entidad», señaló el economista Christian Buteler. «Algunos hasta arreglan por afuera de la propiedad con los vendedores para pagar la diferencia en cuotas firmando algún pagaré», señaló.
Para hacer frente al stress que provoca este mini descalce de monedas, el mercado de capitales tiene algunas alternativas que varían en efectividad según el plazo necesite el tomador de crédito y su nivel de conocimiento financiero.
«En el caso de una persona que va a comprar un departamento por u$s 100.000. Para otorgarle el préstamo, el banco le pide que por lo menos tenga el 20% del valor de la propiedad. En ese caso, ya tendría u$s 20.000 pero le faltarían u$s 100.000. Para continuar ahorrando, lo más idóneo sería apostar por instrumentos dolarizados, especialmente los más conservadores, como son los FCI que invierten en Letes», explicó Diego Falcone, de Cohen S.A.
El analista propuso que quienes están más urgidos en el corto plazo mantengan sus ahorros en un instrumento atado a la tasa en pesos. «Los famosos fondos T+1 son una opción para aquellos que tienen que liquidar la operación en un plazo menor a los 180 días, por el nivel de tasa y el valor del tipo de cambio actual. Hoy, como está el dólar no tengo preocupación, para ese plazo no sería necesario dolarizarse».
En cambio, para aquellos que recién están comenzando sus trámites de solicitud de un hipotecario y piensan que pueden concretar la compra de su casa en seis meses, Falcone propone diversificar. «En ese caso, repartiría un 50% de los ahorros en un fondo de Letes y la otra mitad la mantendría en pesos», añadió.
Como el principal escollo que tiene que sortear el tomador de un crédito es el descalce que se produce en el monto que le financiará el banco, una de las propuestas más idóneas es apostar por una cobertura en futuros. Pero los analistas coinciden que suele ser una estrategia más acorde a un perfil sofisticado.
«Para los tomadores de UVA, hay tres monedas en juego: un crédito en pesos, para comprar una propiedad en dólares y a pagar en UVA», dijo Nery Persichini, de MB Inversiones.
«Se puede integrar el 10% del monto que va a prestar el banco como porcentaje de garantía. Cada contrato en el Rofex equivale a u$s 1.000. Si esa persona necesita cerrar su operación en abril, debería calcular cuántos futuros necesitaría y así cubrir el 100% de la propiedad frente a una nueva devaluación en los próximos tres meses», detalló