En este contexto, conviene estar atentos e identificar qué papeles hoy se presentan como una buena apuesta para mediano plazo

Desde mediados de junio, el país está pendiente de dos competencias, de naturaleza muy distinta y que se juegan en países diferentes.

Por un lado, los argentinos siguen con suma atención el Mundial en Brasil. Por otro, el partido trascendental que se disputa con los buitres en los Estados Unidos.
En ambos casos, prevalece el «paso a paso». En la medida en que se avanza, resulta clave conocer más en detalle al rival, saber por «dónde se le puede entrar» y qué tipo de estrategia implementar para lograr el mejor resultado.
Hoy día, todo esto es aplicable tanto en el terreno deportivo como en el ámbito legal, con rivales que no son fáciles de doblegar.
En lo que respecta al torneo financiero, es sabido que lidiar con fondos de inversión, financistas «peso pesado» y holdouts rebeldes no es tarea fácil.
No obstante, si finalmente se llega a un acuerdo, el panorama que se abre para la Argentina es totalmente diferente al que se observa en la actualidad. Es que contará con mayores chances de lograr crédito externo.
De poder hacerse de fondos frescos, el Gobierno dispondrá de un margen de maniobra más amplio y estará financieramente menos apretado, en comparación a lo que se observa hoy día, que debe estar «contando los porotos» ante cada vencimiento de deuda.
También, podrá oxigenar reservas, contar con un marco más propicio para la llegada de inversiones, reducir la brecha cambiaria y achicar las expectativas de devaluación.
Seguramente sobrevendrán cambios para los ahorristas, siempre partiendo de la base de que la administración K llegue a un acuerdo.
Y uno de estos cambios vendrá por el lado de la valuación de algunos activos. En particular, de los bonos argentinos y de varias acciones.
En relación con los títulos, es de prever que algunos de ellos tiendan a subir fuertemente de precios, en comparación con los valores que exhiben en la actualidad.
En este contexto, nada mejor que conocer la opinión de los operadores de la city porteña respecto a qué papeles resultarán más beneficiados ante un acuerdo.
Previo a entrar en identificar a «los elegidos», cabe apuntar una serie de cuestiones a tener en cuenta respecto a los bonos en dólares.
1. La mayoría están sujetos a la legislación argentina. En particular, los emitidos en los últimos cuatro años.
2. En cuanto a los que se emitieron en los canjes de deuda de 2005 y 2010, para una parte de los mismos se tomó como referencia legal a los tribunales de Nueva York.
3. Estos últimos vienen siendo los que mayores dolores de cabeza generaron pese a que -paradójicamente- en su concepción fueron pensados para darle mayor seguridad jurídica a los títulos.
Precio y rendimientos
En líneas generales, los bonos con legislación extranjera muestran rendimientos que van del 9% al 11% en dólares.
En cuanto a la evolución de sus precios, en lo que va del año exhiben subas dignas de «envidia» por parte de otros activos.
Tal es el caso del bono Par (+36%), Discount (+30%), Par Canje 2010 (+25%), Discount Canje 2010 (+31%) o Global 2017 (+13%), como puede observarse en el siguiente cuadro:

Por el lado de los títulos nominados en dólares con legislación nacional (si bien sus rendimientos no difieren mucho de los anteriores) en lo que sí resulta notoria la diferencia es en la variación de las cotizaciones.
En el acumulado, los precios de los títulos con ley argentina crecieron, en promedio, unos diez puntos porcentuales por debajo de los emitidos bajo ley de Nueva York

Los elegidos
«El Gobierno está en medio de una negociación y va a querer pagar lo mínimo posible. Su mensaje amenazante respecto a que está dispuesto incluso a entrar a default, es parte de la estrategia judicial para presionar y lograr un acuerdo beneficioso», señala el analista Gastón Rossi, director de la consultora LCG Labour.

Y agrega que, en caso de que se llegue a buen puerto, «se recuperarán los precios de todos los bonos atados a la deuda». Al tener una mayor demanda, las cotizaciones se moverán al alza y, en consecuencia, las tasas que ofrecen «como premio», a la baja (si sube el precio de un bono es porque baja la tasa -rendimiento- y viceversa).
En caso de solucionarse el conflicto -y ante las mayores posibilidades de que lleguen inversores o se logre crédito externo- el rendimiento actual del 10% (TIR) que pagan los nominados en dólares bajará unos puntos, producto del menor riesgo que tendrán quienes los adquieran.
Según Rossi, se podría llegar a un nivel similar de tasa que la vigente a fines del 2006, cuando el Discount rendía un 7% (al igual que otros bonos de largo plazo) y se estaban normalizando algunas variables de la economía.
«De acordar con los fondos buitres, puede que se observen valores similares, aunque no de forma inmediata», agrega.

El Gobierno nacional, las provincias y las empresas se verán beneficiados por un mayor acceso al financiamiento y a menor costo.

De ocurrir, «se dará un escenario de inserción en los mercados financieros mundiales, con mayores posibilidades de que ingresen dólares y en el que los papeles locales serán más atractivos para inversores», resume Sabrina Corujo, analista de Portfolio Personal.
En este contexto, se comienzan a posicionar algunos bonos como «los elegidos».

Corujo recomienda poner fichas en el Boden 2015 y en el Bonar X, para las posiciones más conservadoras.
«Un acuerdo con los fondos buitres hará que los precios suban y las tasas que deben ofrecer actualmente, para tentar a inversores a que los compren, bajen».
Para los ahorristas con perfiles más arriesgados, la analista de Portfolio Personal recomienda bonos a más largo plazo y agresivos, como el Par en dólares.
«En general, los papeles en divisas estadounidenses, por cobertura, son más atractivos que los nominados en pesos», sostiene Corujo.

En el mismo sentido, Rubén Pasquali, analista de mercados de Mayoral, afirma que el Boden 2015 «está actualmente a muy bajo precio».
Y completa: «Desde este mes hasta octubre de 2015 tendrá que pagar u$s110 y hoy cuesta sólo u$s90. Es decir, podrá estar brindando una ganancia de casi el 23% en dólares».
«Encima es en legislación argentina y la Presidenta ya dijo que iba a pagar todos los compromisos. De modo tal que no se cree que se ingrese en un default, sobre todo porque no va a querer dejar una imagen negativa de su gestión», agrega Pasquali.
Este analista, además, propone a los bonos que tienen legislación de Nueva York, «ya que fueron los más afectados y son los que más pueden recuperarse». Uno de los recomendados es el Discount (DICY).

En esto coincide también Christian Reos, analista de Allaria Ledesma: «Los activos argentinos están muy baratos y sus rendimientos son muy superiores respecto a los de sus pares de la región».

A su vez, recomienda a los títulos atados a legislación estadounidense, como el Par y el Discount.
Betsy Szewach, de la firma Proficio, cree que «en caso de pactar con los holdouts, los bonos con ley de Nueva York se van a fortalecer, ya que tienen mayor upside que sus pares bajo legislación argentina».
También se inclina por los cupones atados al PBI: «Pueden subir en caso de haber un rebote positivo en la economía el año que viene, bajo un mejor panorama y, en consecuencia, un cambio de humor en la sociedad. Por lo que habría crecimiento y se pagaría cupón».

Para Gabriel Holand, CEO de HRGlobal, «claramente en un escenario de arreglo con los holdouts los bonos largos tendrán un recorrido mucho mayor que los cortos», por lo que elegiría el Par y el Discount en dólares.

«Hoy, el Bonar X que vence en 2017 y el Bonar 2024 tienen paridades parecidas. En caso de solucionarse el litigio en EE.UU., el rally ascendente del segundo será más pronunciado», sostiene Holand.

¿Y las acciones elegidas?
Pese a la falta de definición en el conflicto con los holdouts, el índice de las acciones líderes concluyó junio en positivo, con una suba del orden del 2%.
En este contexto, las acciones que más treparon fueron Edenor (16%), BBVA Banco Francés (14%) y, en menor medida, Petrobras.

Los papeles que se pueden transformar en las «vedette», en caso de un acuerdo con los buitres, «podrían ser los bancarios, aunque su rentabilidad no va a ser tan alta por el tope a las tasas que pueden aplicar a los préstamos», avisa Pasquali.

YPF también será otra de las grandes beneficiadas, porque la apertura hacia el mercado financiero internacional «le habilitará la posibilidad de tener nuevos socios y plata fresca para invertir en Vaca Muerta», completa.
«La petrolera espera ansiosa que el Gobierno arregle con los holdouts, porque necesita capitales. Lo mismo sucede con muchas provincias que necesitan plata para financiarse».
Reos, de Ledesma, señala: «Los bancos podrían obtener capitales de afuera, lo mismo que el rubro energético, con la petrolera estatal a la cabeza. Son dos sectores que se beneficiarán rápidamente».

Para Szewach, también las entidades financieras «saldrán mejor paradas frente al arreglo con los holdouts, al tener también en sus carteras muchos de los activos que van a subir de precio».

Además, agrega la especialista de Proficio, «si vienen nuevos capitales, muchos pasarán a través de los bancos».

Según Corujo, «hasta que no se acuerde, va a haber fuerte volatilidad en los mercados. Pero las bajas profundas marcan oportunidades de compra para los inversores».

En ese sentido, también apuesta por los bancos -en especial, por el Macro- por YPF, Siderar, Petrobras y Telecom. Y suma a la firma Pampa, ya que «es más completa en cuanto a sus inversiones diversificadas en energía».