Los billetes de dólar cara chica emitidos antes de 1996 no están bien vistos en el mercado informal y eso trae problemas a ahorristas y entidades financieras

La Reserva Federal de los Estados Unidos aclaró una vez más cuáles son los billetes de dólar que tienen curso legal y que deben ser aceptados para pagos. La comunicación cala hondo en el mercado argentino, donde las distintas emisiones de billetes suelen ser aceptadas con descuentos o directamente rechazadas: como las ediciones previas a la década del 90 conocidas como “cara chica”. Para la entidad que emite la moneda americana, no hay lugar para diferencias.

La cuenta de Twitter “US Currency”, canal que utiliza la Reserva Federal de los EEUU para informar al público sobre la moneda estadounidense, aclaró que “no es necesario comerciar con billetes de diseño antiguo.

Toda la #moneda estadounidense sigue siendo moneda de curso legal, independientemente de cuándo se haya emitido”.

“Es política del gobierno de EE.UU. que todos los diseños de billetes de la Reserva Federal sigan siendo de curso legal, o legalmente válidos para pagos, independientemente de cuándo fueron emitidos. Esta política incluye todas las denominaciones de billetes de la Reserva Federal, desde 1914 hasta la actualidad, de acuerdo con 31 U.S.C. § 5103″, detalla un artículo de la organización.

“La Junta de la Reserva Federal reconoce que en algunos países puede haber diferentes tipos de cambio o políticas de aceptación de monedas extranjeras, pero los mercados, y no el gobierno de los EE.UU., controlan estos tipos”, agrega el texto.

La preferencia de los ahorristas argentinos por emisiones de billetes de dólar más nuevas continúa siendo un dolor de cabeza para el sistema financiero local. La estrategia de protegerse de la inestabilidad monetaria endémica atesorando moneda extranjera lleva varias décadas en la Argentina y eso hace que existan varias generaciones de billetes en circulación en el país. Pero si bien en el mercado formal todas las emisiones, por antiguas que sean, tienen el mismo valor, en la plaza informal ese no es el caso: nadie quiere dólares “cara chica”. Y eso causa toda clase de problemas en los bancos.

El problema con los dólares cara chica es de larga data. Se llama así en la jerga a los billetes de USD 100 emitidos antes de 1996 que tienen la cara de Benjamin Franklin más pequeña que en las versiones más recientes. Desde hace varios años, las cuevas pagan menos a los clientes que llegan con esas viejas ediciones del billete verde.

En países vecinos esa costumbre también se extendió. Y los numerosos argentinos que viajaron a Qatar para presencial el Mundial de Fútbol el año pasado se encontraron con que, en ese país, sólo aceptaban los billetes más modernos “cara grande” y con una banda azul de seguridad. Todo el resto de los billetes no tenían validez alguna para los comercios y entidades financieras qataríes.

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Así es que para los bancos el problema persiste. Tienen billetes de curso legal que sus clientes no quieren. La discriminación respecto a los billetes previos a 1996 ya generó que las casas de cambio locales salgan a pedir ayuda a la embajada de los Estados Unidos para que aclaren que son de curso legal y tan válidos como cualquier otro, algo que en la representación diplomática resuelven muy fácilmente refiriendo a la página web de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el banco central de ese país.

Ya en 2013, cuando salió a circulación una nueva serie de dólares, la Reserva Federal de los EEUU aclaró: “Se advierte a los consumidores de todo el mundo que no es necesario cambiar los billetes de USD 100 del diseño anterior por los nuevos. Es la política del Gobierno de los EEUU que todos los diseños de la moneda de los EEUU sigan siendo moneda de curso legal, independientemente del momento de su emisión”.

El gobierno norteamericano asegura que “toda la moneda estadounidense sigue siendo moneda de curso legal, independientemente de cuándo se haya emitido”

En el mercado cambiario informal que funciona en la City porteña existe desde hace años una diferenciación entre distintas emisiones del billete de dólar. En particular, las financieras y sus clientes tienden a preferir operar con los modelos más modernos del billete de dólar y dejar de lado a los antiguos. En la jerga, los papeles discriminados son los que se imprimieron en los Estados Unidos hasta el año 1996, un diseño en el que la efigie de Benjamin Franklin del billete de USD 100 aparece dentro de un marco ovalado y que, en términos de dimensiones, es más pequeño en comparación con las versiones impresas más tarde.

En el mercado informal, las “cuevas” y los “arbolitos” el porcentaje de descuento que se cobran por recibir billetes de dólar de antigua emisión es variable, en un rango del 1% al 3%, esto es entre 4 y 10 pesos por dólar, sujeto a la oferta y la demanda del momento.

Sin embargo, esta diferencia de precio no tiene un sustento real, solo la preferencia de los compradores y cierto oportunismo de los cambistas, pues no importa en qué año fueron emitidos, todos los diseños de la moneda de los Estados Unidos son de curso legal, por lo cual las ediciones anteriores de USD 100 continúan en circulación y, de hecho, se utilizan con plena normalidad en los comercios de los EEUU.

En cuanto a los motivos para el trato diferencial que existe según la antigüedad del billete, no hay una versión única. Es habitual que en el mercado informal circule el rumor de que los EEUU van a dejar de considerar como de curso legal a alguna vieja edición. Pero una deducción más sensata de un operador del mercado asegura que en realidad las mayores medidas de seguridad contenidas en las versiones más modernas del dólar hacen más difícil una falsificación, lo que explica la diferencia.

En este sentido, y al existir un rechazo por parte de los ahorristas a adquirir dicho billete, comenzó a existir mucha oferta de estos billetes y poca demanda, por lo que se empezó a pagar menos. Sin embargo, en el circuito legal (excepto operaciones inmobiliarias y concesionarias de vehículos), todos los dólares valen lo mismo, sin importar si son cara chica, cara grande (o mediana) o azules.

Por este motivo, los bancos no cambian los billetes cara chica por los otros diseños, ya que para ellos tienen el mismo valor. Al no poder cambiarse en el banco, muchos ahorristas se preguntan dónde pueden cambiar los dólares cara chica. Y la opción más sencilla es cambiarlo en el banco: depositar los billetes viejos por cajero automático o ventanilla y retirarlos en días subsiguientes, con la expectativa de recibir billetes nuevos.