La intención oficial es imprimirle volatilidad al dólar para que esta pulseada entre la divisa y la tasa no sea tan fácil de calcular en el futuro. En diciembre la tasa minorista de las colocaciones bancarias promedió 27,9% anual para caer hasta 25,7% en enero.

En su pelea por arrancar al dólar de la cabeza de los ahorristas argentinos, el presidente del Banco Central (BCRA) Federico Sturzenegger, enfrentó un comienzo de año complicado. En enero, una comparación que no considera el spread de comprar y vender arroja que el dólar minorista subió 6,39% frente a un resultado del 2,07% que obtuvieron los minoristas que optaron por invertir en plazos fijos en pesos a 30 días.

La intención oficial es imprimirle volatilidad al dólar para que esta pulseada entre la divisa y la tasa no sea tan fácil de calcular en el futuro, con el objetivo de que los argentinos empiecen a ahorrar con vistas a blindarse de la inflación en lugar de cubrirse frente a devaluaciones.

El cálculo maldito del ahorrista minorista, la respuesta a la duda respecto a si conviene más el dólar o el plazo fijo, terminó con la balanza bien inclinada en favor de la divisa durante enero pasado. Después de una salida del cepo mucho más tranquila de lo temido y una baja del dólar respecto a los máximos alcanzados en diciembre tras la devaluación, la divisa recuperó bríos sobre el final de enero.

Así como el minorista ganó casi 6,4% hasta terminar en $ 14,14, el dólar en la plaza mayorista ganó 7,05% en el mismo plazo hasta quedar en $ 13,98 para la venta el viernes pasado. El minorista de la pizarra del Banco Nación, que suele ser el piso del mercado, quedó llamativamente en el mismo nivel que el mayorista.

Claro que a los ahorristas les hubiera resultado más útil esta información a inicios de enero que a fines del período. «Hay volatilidad, que es lo que se busca con el tipo de cambio flexible, lo que dificulta esa especulación», dijo Gabriel Zelpo, economista de la consultora Elypsis.

Los depósitos a plazo fijo del sector privado crecieron $ 30.703 millones en diciembre, más que nada en la segunda quincena del mes, cuando un Sturzenegger recién desembarcado subió las tasas de las Letras lebac que sirven de referencia al sistema y liberó de regulaciones a las de los plazos fijos. El resultado fue que, según datos del BCRA, los depósitos a plazo de 30 a 44 días minoristas promediaron 27,9% (2,07% mensual) durante los días de diciembre post cepo cambiario, con algunas entidades pagando más de 30%. Esa fue la tasa que compitió con el movimiento del dólar durante el mes pasado.

En los primeros 27 días de enero la misma tasa minorista promedió 25,7%, y terminó tan bajo como 24,7%. Las colocaciones avanzaron también en ese período, pero $ 9077 millones.

Más allá de que la nueva administración del BCRA quiere hacer que el dólar se mueva tanto hacia arriba como hacia abajo, para desactivar apuestas contra el peso, para que los argentinos dejen de pensar en dólares la entidad necesita además que los ahorros queden protegidos frente a la inflación. Un plazo fijo de 24,7% está por debajo de la inflación de 26,9% que midió en los últimos doce meses la Ciudad de Buenos Aires. Las expectativas futuras, mientras tanto, son inciertas.

«La tasa de plazos fijos es negativa en términos reales medida contra la inflación pasada, el gran objetivo es que sea positiva respecto de la inflación futura», dijo el economista Federico Muñoz. «Con un BCRA creíble y que demuestre credenciales, la expectativa oficial de inflación de entre 20% y 25% podría ser la general», agregó.

Un proyecto de crear una moneda indexada por CER, se llamaría «Unidad de Valor de Adquisición (UVA)» para impulsar el crédito y el ahorro a largo plazo está avanzado en el directorio del BCRA. De esa forma el ahorro en pesos a resguardo de la inflación sería más sencillo.

Mientras tanto, las tasas en pesos compiten en la preferencia de los ahorristas con las expectativas de devaluación, que están en 24,54% a 9 meses si tomamos los contratos de futuros de Rofex.

«Que pierda el plazo fijo con el dólar por ahora no es un problema para mí porque no creo que siga pasando», dijo Martín Polo, economista de Analytica. «Si tenemos buenas noticias de los holdouts van a entrar dólares de financiamiento que van a desactivar expectativas de mayor devaluación», concluyó.