Quizás fue el invierno no tan frío lo que movilizó la actividad económica en la eurozona, o quizás sea que el cortafuegos financiero tendido en torno a Grecia para prevenir un default desordenado aumentó la confianza.
Las dos cosas pesaron. Pero más importante todavía es la relajación de la austeridad por parte de una elite de Bruselas atenta a que Portugal e Irlanda, ambas empeñadas en pagar sus enormes deudas, puedan capear la inestablidad política y recuperarse.
Algunos analistas creen que la última hornada de datos implica un crecimiento de 0,5% en el primer trimestre. Eso significaría que la economía de la eurozona ha crecido en el trimestre más que la de Estados Unidos (0.25%).
La estrella del show es España. Una tasa de crecimiento de 0,9% en el primer trimestre la alinea con Irlanda, que el año pasado creció casi 5% y podría repetir la performance este año.
Alemania avanza más de lo que se pronosticaba hace sólo unos meses, y muchos de los países más chicos, desde Hungría (3,6%) y Lituania (2,9%) a la República Checa (2%) y Estonia (2,1%) mostraron un ritmo decente durante el 2014.
Un empujón provino de la inflación. Después de cuatro meses de caída de precios, el mes pasado se encaminaba a cero. Una inflación negativa amenazaba con profundizar la complicación de la economía de la eurozona un mes atrás, y el hecho de que la zona monetaria al parecer la está dejando atrás muestra que las cosas no están tan mal.
El pequeño aumento de la inflación se produce pese a la caída de los precios petroleros que siguen bajando el costo de vida. Los precios de la energía en la zona del euro cayeron 5,8% en abril y 6% en marzo, según Eurostat.
Todas esas buenas noticias se producen aun antes de que el programa de quantitative easing de 1,1 billón de euros del Banco Central Europeo (BCE) haya empezado a filtrarse desde los bancos comerciales a la economía real.
El BCE dijo, en respuesta a las cifras de inflación, que “las expectativas de inflación de largo plazo en la eurozona se han recuperado. La caída observada en los previos dos años se ha detenido”.
Si embargo, un gran nubarrón ensombrece todavía el panorama de la zona del euro: la desocupación. Sigue alta aun en aquelllos países que están expandiendo la producción. El crecimiento estelar de España apenas si logró bajar el índice de 25,1% a 23% entre marzo de 2014 y marzo de 2015. En Portugal sigue en 13,5% y en Francia e Italia subió a 10,6% y 13% respectivamente el año pasado. En los 18 países del euro, el desempleo fue del 9,8% en marzo. Es muy poco menor que el 10,4% del año pasado, lo que habla de un período de estancamiento, no de reactivación
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