El mercado local de futuros fue en el último tiempo el que mejor predijo para el sector privado sobre el dólar, especialmente durante este año y gracias al cepo cambiario. Actualmente, los contratos de la divisa a futuro dan tres señales claras: 1) una suba del 20% anual, similar a la actual, hasta fin de octubre, cuando se realizan las elecciones nacionales; 2) un avance del 28% anual a partir de esa fecha y hasta la asunción del nuevo Gobierno; y 3) un ajuste más fuerte, del 33%, a lo largo del primer año de gestión de quien tenga que suceder a Cristina.

Los precios reflejan los verdaderos deseos que tiene el Gobierno sobre el tipo de cambio para los próximos meses. Si se confirman tal como sucedió hasta ahora, el próximo presidente recibirá un dólar de $ 9,73 cuando le toque asumir el 10 de diciembre; el año terminará con uno de $ 9,90; y a lo largo de 2016 se incrementará a $ 13,25.

Con todo, en el mercado desconfían de estos valores por dos razones: en primer lugar, consideran que las circunstancias locales (el atraso cambiario acumulado por la inflación) y las externas (la depreciación de las monedas emergentes) forzarán a la nueva gestión -quiera o no- a acelerar la devaluación del peso para recuperar la competitividad perdida; y en segundo lugar, presumen que el próximo presidente contará con grados de libertad para trazar una política cambiaria diferente a la actual.

En la plaza de futuros de Nueva York, donde los precios se mueven sin intervenciones del Banco Central, los contratos de dólar reflejan apuestas sensiblemente menos optimistas. La suba de la divisa se disparará un 56% en el año: su valor será de $ 10,55 a fin de diciembre y de $ 14,65 en octubre del año próximo.

En la consultora Federico Muñoz & Asociados calculan que el costo de «subestimar» el tipo de cambio en el primer trimestre del año será de al menos $ 25.000 millones. «En particular, el virtual regalo de seguros de cambio (calculamos que para marzo de 2016 ya valdrá cerca de $ 13) entrañará para el BCRA un enorme quebranto. Es curioso que, en un contexto de tanto apetito por dólares, no se haya hecho ningún esfuerzo por devolver atractivo el peso. Lo esperable, en estas circunstancias, era una suba de tasas de interés», explicó el último informe de sus economistas.

El Central interviene diariamente en futuros para evitar que se disparen las expectativas de devaluación: ofrece contratos de dólares a empresas que hoy quieren comprar divisas por temor a que se encarezcan cuando deban hacer una importación o pagar una deuda. Como no pueden hacerlo en el mercado cambiario, donde el único vendedor a $ 9,37 es el Gobierno, el organismo de Vanoli ofrece suscribir un contrato en pesos a un valor levemente más bajo que el que ellas prevén, que les aseguran ser compensadas en caso de que el tipo de cambio se dispare.