Hasta ahora, el BCRA implementó una política de absorción de pesos, al punto que la base monetaria acumula una caída del 4%; Se estima que en el segundo semestre deberá emitir $ 100·000 millones para financiar las necesidades del Tesoro

En estos primeros meses de 2014 el Central viene llevando adelante una política por demás estricta en materia monetaria. Para evitar las presiones inflacionarias y sobre todo la estampida del dólar, implementó una agresiva política de absorción de pesos, al punto que la base monetaria acumula una caída del 4% en los primeros meses del año. Pero la tarea será aún más compleja en el segundo semestre: se estima que la entidad que preside Juan Carlos Fábrega deberá emitir un piso de $ 100.000 millones para financiar las necesidades del Tesoro.

Esta es la cifra que calcula Rodolfo Santangelo, socio de la MyS Consultores, quien además considera que son escasas las chances de un ajuste del gasto público en los meses que hay por delante. «Aun con el aumento de las tarifas de gas, este año lo subsidios del sector serán más altos que el año pasado. Se hizo muy poco o casi nada en materia fiscal, por eso las presiones sobre el Central serán cada vez más fuertes», considera.
En el balance de lo que va de 2014, de las propias cifras que divulga el Central surge lo siguiente:

• La principal fuente de emisión de pesos ha sido la compra de dólares. En lo que va del año suma $ 27.200 millones.

• La financiación de las necesidades del Tesoro resultó secundaria, y llegó a sólo $ 8.600 millones.

• Esta expansión de pesos fue más que compensada por la colocación de títulos del Central, es decir Lebac y Nobac, por un total de $ 51.000 millones. La agresiva suba de tasas fue fundamental para que la entidad pudiera capturar más pesos.

• Además, se agregan marginalmente otros $ 2.000 millones que las entidades dejan en el BCRA vía pases pasivos.

Fábrega no sólo tuvo que salir a absorber los pesos que se aplicaron a la compra de dólares o a financiar al Tesoro a lo largo de 2014, sino también buena parte de la expansión de dinero que se produjo en el cierre de 2013. «Contando lo que se emitió en diciembre pasado -resalta Santangelo- el Central terminó absorbiendo el 80% del total de los pesos que largó al mercado».

Claro que esta tarea se volverá cuesta arriba en el segundo semestre, que presenta dos particularidades: ya no habrá tantos dólares porque habrá pasado la «temporada alta» en materia cambiaria y sobrarán los pesos. Con ambas cuestiones deberá lidiar el ente monetario.

Según el diario Ámbito Financiero, la tensión creciente entre el BCRA y Economía pasa por la falta de respuestas concretas del ministro Axel Kicillof ante estos dos problemas. Hasta ahora las gestiones de las autoridades de Economía para atraer dólares no dieron resultados y tampoco se tomaron medidas para achicar el déficit fiscal y requerir menos ayuda del Central.

Uno de los mayores apuros de las autoridades económicas es bajar la tasa de interés para reactivar la economía, que sufrió una fuerte paralización en el primer trimestre y no parece haber una recuperación a la vista en el segundo. Sin embargo, la segunda baja de tasas -de apenas un punto- por parte del Central impulsó rápidamente la cotización del dólar paralelo.

Si bien parece exagerado el movimiento del «blue» por la mínima disminución de tasas, es evidente que el tipo de cambio en el mercado paralelo venía excesivamente planchado ante la venta obligada de activos dolarizados que tuvieron que llevar adelante los bancos entre febrero y abril. En realidad, Fábrega parece estar mucho más preocupado por evitar una nueva estampida cambiaria como la de enero y cuidar las reservas. Por eso, considerando el panorama de fuerte expansión de pesos que se avecina en el segundo semestre, y en especial en el último trimestre, es de esperar una actitud más que conservadora en relación con una posible baja de tasas. Según el BCRA, los sobresaltos cambiarios terminan siendo mucho más nocivos para la economía que el nivel de la tasa de interés.