La flexibilización de requisitos orientada por el BCRA, la estabilidad en el tipo de cambio y el menor costo financiero explican este boom de los préstamos en dólares

La debilidad con la que el crédito privado sigue atravesando la transición de 2016 continuó reflejándose en los datos monetarios de agosto. Los préstamos privados en pesos crecieron apenas un 0,6% mensual (22% interanual), unos $4.707 millones, y así el stock promedio mensual se ubicó en $793.201 millones. Por su parte, los préstamos en dólares mantuvieron su dinamismo creciendo un 8,5% mensual (171,3% interanual), unos $8.351 millones, de modo que el promedio de los saldos mensuales se elevó al equivalente de $107.105 millones.

Como se señalara oportunamente desde comienzos de año, de la mano del proceso de contracción monetaria más un sesgo normativo tendiente a aprovechar la capacidad ociosa de los crecientes «argendólares», los préstamos privados en dólares crecen sin parar. Llegan ahora a representar más del 60% del total del crecimiento mensual del crédito privado.

«Las empresas vinculadas con bienes transables, no necesariamente exportadoras, no dudan a la hora de endeudarse. Toman cada vez más préstamos en dólares, no sólo por la flexibilización que hemos implementado en los requisitos sino por las menores tasas de interés. Se endeudan al 3% o 4% anual», señaló un miembro del directorio del BCRA a este diario. Claro que la estabilidad cambiaria potencia el atractivo de estas financiaciones, ayudada por la desaceleración de las expectativas inflacionarias y el crecimiento sostenido de los depósitos privados en dólares. Lo que además se ve sostenido por el aumento de las líneas externas financieras, crecen más del 16% en el año (a unos u$s1.100 millones) ya que las comerciales caen más de 31% ante el ajuste del comercio exterior y la recesión.

El balance de agosto, según datos del BCRA, muestra que los préstamos prendarios y al consumo (principalmente personales y tarjetas) son los que otorgan cierto dinamismo al mercado de crédito. Los prendarios crecieron 2,6% mensual mientras que los personales lo hicieron un 3% y tarjetas sólo 0,22%. Por su parte, el crédito hipotecario y las líneas comerciales (adelantos y documentos) mantuvieron la apatía y hasta incluso registran caída, como en el caso de los adelantos en cuenta corriente. En relación con las financiaciones vía tarjetas de crédito, en los últimos dos meses acusan un notorio estancamiento como resultado del agotamiento de la capacidad tomadora de las familias junto con la caída del poder adquisitivo. Así y todo, siguen siendo la principal fuente de crédito privado en pesos, y representan el 24,1% del total general. Le sigue personales con el 23,6% y prendarios con el 5,5%; luego los créditos para empresas, como documentos con el 22,3% y adelantos con el 13% mientras que hipotecarios representan el 7% del total.

Mientras gran parte del ahorro privado siga yendo a las Lebac, el crédito seguirá sufriendo, lo que tendrá su correlato en el nivel de actividad, dado que el 80% de las transacciones se financian vía crédito bancario. Al respecto, vale señalar que si el BCRA no emitiera para comprar dólares al Tesoro el crédito privado en pesos dejaría de crecer antes de fin de año. Una simulación de MacroView da cuenta de que si el BCRA sigue contrayendo como si el déficit del Tesoro no existiese el crecimiento del crédito en pesos tendería a cero en diciembre. En cambio, si el BCRA termina indirectamente financiando al Tesoro, comprando dólares o esterilizando Lebac se moderaría el freno en torno a una tasa de crecimiento interanual del 15% para fin de año. De todas maneras estas tasas no dan lugar a apostar a una fuerte reactivación.