Del festejo a los despidos: caen 50% ventas de paquetes turísticos, pese a descuentos y planes de hasta 24 cuotas

Los gastos con tarjeta descendieron a su nivel más bajo de los últimos dos años. Al Gobierno le representa un «ahorro» de u$s3.700 M anuales. Las promos ahora no ayudan

Mientras el Gobierno está tratando de implementar un plan de salvataje para sacar del pantano a la industria automotriz, otro sector que también asiste a su peor derrumbe en más de una década está luchando por subsistir debido al empeoramiento de las perspectivas económicas y al salto del tipo de cambio, que se diera allá por el mes de enero.

Si bien la agenda está «monopolizada» por la crisis que atraviesan las terminales automotrices -dado que están en situación de riesgo unos 15.000 puestos de trabajo-, la realidad para los operadores del sector turístico es igualmente grave.

Los sucesos se iniciaron a comienzos de año, cuando Despegar, el jugador más grande de esta rama de actividad, despidió a unas 40 personas. Al día de hoy, en el sector ya hablan de 500 cesanteados comprobados, al tiempo que advierten que hay unos 3.000 puestos laborales en zona de riesgo.

En diálogo con iProfesional, Tomás Ryan, ex presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (Aaavyt), alertó que «algunas agencias que dependen del turismo internacional se vieron obligadas o a cerrar o a achicar sus estructuras luego de haber crecido a tasas elevadas durante cinco años».

«Aunque lo quieran tapar, es un hecho: se están produciendo despidos en el sector y hubo contratos de empleados que no se renovaron», confirmó Ryan.

La gravedad de la crisis que atraviesa esta actividad es de tal magnitud que a comienzos de mayo, un grupo de empresarios mantuvo una audiencia con el ministro de Economía, Axel Kicillof, con la esperanza de encontrar una solución para el sector pero, por el momento, con escasos resultados.

De hecho, un relevamiento realizado por la cámara que nucela a los operadores turísticos arrojó que un 70% de las agencias espera que la situación general empeore.

El problema para este sector es que el Ejecutivo no tiene planes concretos para sostener una actividad que le succiona dólares al Banco Central.

Por el contrario, las últimas decisiones oficiales que se tomaron justamente tuvieron como objetivo achicar el negocio y evitar que el Gobierno siguiera resignando divisas.

De hecho, el «corset» que se le aplicó a las agencias que comercializan paquetes al exterior, claramente dio sus resultados: según los últimos datos oficiales, dados a conocer días atrás, el egreso neto de divisas por turismo en el primer trimestre cayó hasta los u$s1.920 millones.

Esto implicó un fuerte retroceso de más del 30% respecto a los más de u$s2.800 millones de rojo que se habían acumulado durante el mismo período de 2013.

De mantenerse la tendencia, desde la consultora Econviews estiman que el negocio, que el año pasado le restó al Banco Central la friolera de u$s8.700 millones, en 2014 «succionaría» de las arcas unos u$s5.000 millones.

En síntesis, el hecho de que menos argentinos viajen al exterior le traerá un invalorable alivio a Fábrega, dado que podría ahorrarse de entregar hasta u$s3.700 millones por la caída de esta actividad.

Para tener una referencia de lo importante que sería para el BCRA mantener encorsetada esta «fuga», vale decir que ese achicamiento del rojo equivale a la sumatoria de los fondos aportados por el gobierno chino para las represas en Santa Cruz (u$s500 millones) y a la línea de crédito que se negocia con el Banco Central de Francia (u$s3.000 millones).

Radiografía: el ocaso de un negocio

Como se señaló, el hecho de que salgan menos dólares en concepto de turismo se tradujo en un presente complejo para las empresas del sector. Y otro de los «termómetros» para medir la actividad es la emisión de tickets aéreos al exterior.

Cabe destacar que, tras el desplome del 50% en la venta de pasajes internacionales, la situación estuvo lejos de mejorar: fuentes de Aaavyt confirmaron a iProfesional que en abril las operaciones también experimentaron una baja cercana al 50%, en tanto que en mayo la contracción alcanzó al 45 por ciento.

En diálogo con iProfesional, Rubén Sánchez, director de la cadena de agencias Majes Turismo, con presencia en Zona Norte, confirmó que «las ventas de aéreos, pasajes y cruceros cayeron con mucha fuerza. Gran parte de los que están viajando en estos meses, además, realizaron sus compras que se hicieron en noviembre del año pasado, cuando se veía venir un aumento del recargo y un avance del tipo de cambio».

En línea con este desplome en el número de tickets emitidos, los gastos por parte de argentinos en moneda extranjera también vienen en caída libre.

Según datos oficiales publicados por el Banco Central, durante mayo el saldo por compras con plásticos fuera del país se derrumbó hasta los u$s242 millones, lo que implicó un brusco descenso de casi 50% frente a los u$s465 millones promedio alcanzados en el mismo mes de 2013, tal como se observa en el siguiente cuadro:

Incluso, el nivel de gastos que deben cancelar los tenedores de tarjetas se ubica un 25% por debajo del registro de 2012, lo que deja a las claras cómo el cambio de escenario está pegando de lleno en el ánimo de los turistas a la hora de salir del país.

A la luz de estas cifras, Sánchez aseguró que «la tendencia es que parte de esa clase media que en los últimos años había podido viajar a otros destinos, hoy desista de concretar una operación».

«Viajan menos y muchos de los que salen son más gasoleros», confirmó un empresario consultado, miembro de la Aaavyt.
En este sentido, Sánchez destacó que «todos los días desde Ezeiza parten tres vuelos de American, uno de Lan y uno de Aerolíneas con destino a Miami, pero no salen completos. Y sólo se llenan cuando desde el sector lanzan promociones».

La época de «vacas flacas», agregó el empresario, también llegó a los cruceros: «Hay compañías que ofrecen descuentos de más del 30%, otras que hacen un ´dos por uno´, algunas que sostienen los planes de financiamiento… y así y todo, las ventas no se recuperan».
Incluso, para hacer frente a la recesión que atraviesa el sector, están volviendo a verse promociones que no se observaban en años: la posibilidad de cancelar viajes al exterior en 24 cuotas en pesos y sin interés:

El futuro, atado al tipo de cambio

Durante los meses en los cuales se extendió la llamada «pax cambiaria» -de la mano de una divisa oficial anclada en los $8 y un billete verde paralelo que se mantuvo prácticamente quieto, apenas por encima de los $10-, todas las variables condujeron a un escenario que hasta ese momento no se había visto: el dólar turista -oficial más 35% de recargo- llegó a posicionarse por encima del blue.

Este cambio de tendencia implicó un fuerte contraste respecto del escenario que imperaba durante igual lapso del año pasado, cuando la cotización fijada por el BCRA se movía por debajo de los $6 y el recargo de AFIP era 15 puntos más bajo. En ese entonces, la brecha entre el dólar turista y el paralelo trepaba a casi un 75%.

«Estaba todo dado como para que los argentinos sintieran que estaban accediendo a un tipo de cambio subsidiado», recordó Fernando Baer, director de la consultora Bconomics, quien agregó que este elevado gap sirvió para explicar el récord de turismo en el exterior del año pasado.

Sin embargo, tras las recientes jornadas de alta volatilidad del blue, que llevaron la brecha cambiaria por encima del 40%, surge la incógnita acerca de en qué medida este alejamiento respecto del oficial puede funcionar como un nuevo aliciente para realizar consumos cotizados en moneda extranjera, como es el caso del turismo internacional.

Al respecto, Eric Ritondale, economista de la consultora Econviews, destacó que «el movimiento del blue y su valor actual en función del oficial, hoy no influye en el ánimo de los argentinos como sí lo hizo durante el año pasado».

Según el experto, «el escenario económico cambió mucho. Hoy hay numerosas variables que antes no estaban tan presentes y que actualmente repercuten mucho más en las decisiones que pueda hacer un ahorrista».

Para Ritondale, aspectos como la caída del poder adquisitivo, la baja generalizada del consumo y las peores perspectivas respecto del mercado laboral, «hoy tienen mucha más preponderancia que la distancia que pueda haber entre el informal y el dólar turista«.
En este contexto, Baer sumó un ingrediente extra: tras el salto abrupto del dólar en enero, el movimiento que se espera para la divisa a lo largo del segundo semestre -con una cotización proyectada de entre $9,50 y $9,70- continuará desalentando a los argentinos a viajar afuera.

«La devaluación esperada para la última parte del año agravará la situación de la actividad. Considerando una mejora salarial promedio del 30% en pesos, el poder de compra en dólares se achicará este año cerca de 20 puntos. Esto, independientemente del movimiento del tipo de cambio paralelo, se convertirá en el mayor desincentivo», concluyó el experto.

Ritondale, en tanto, coincidió en que «la caída del poder adquisitivo este año será del 7% en pesos. Pero en dólares va a ser mucho mayor, cercana al 20%. Esto implica que quien quiera viajar deba realizar un mayor esfuerzo que antes».

Ryan también se mostró enfático en este sentido: «El despertar del blue no generó una mayor venta de pasajes o paquetes porque la devaluación, el recargo y las perspectivas jugaron y siguen jugando en contra».

«Analizando el escenario para este año y el próximo, que va a ser bastante similar, queda claro que lo mejor para el sector turístico quedó en el pasado», concluyó Ritondale.