Uruguay : los depósitos en dólares de argentinos no residentes cayeron a niveles de hace cuatro años. El blanqueo y nuevas normativas motorizaron la salida. Casi el 90% de la contracción se dio en colocaciones mayores a u$s100.000. El dato genera inquietud en la plaza vecina. Fuerte pérdida de clientes en entidades de Colonia
En poco menos de un año y medio, los depósitos de no residentes en bancos uruguayos -en su gran mayoría pertenecientes a argentinos-, volvieron a los niveles de hace cuatro años.
Luego de alcanzar su máximo en octubre de 2015, con un total de u$s4.700 millones, los bancos de ese país comenzaron a sufrir un notorio drenaje de fondos. Si bien fue paulatino, alcanzó magnitudes impensadas.
En marzo de 2017 bajaron a u$s3.300 millones, cifra similar a la de enero 2012.
Así, la suba observada a lo largo de casi cuatro años se evaporó en tan solo 17 meses.
Los depósitos de no residentes «experimentaron una fuerte caída a partir del último trimestre del 2016», indican desde la consultora especializada CPA Ferrere.
Esto, en buena medida, es «producto de los movimientos de dinero que ha generado el blanqueo de capitales», añaden.
El análisis según la magnitud de los depósitos revela que casi el 90% de esta contracción se concentró en aquellas cuentas con fondos superiores a los u$s100.000.
En tanto, el derrumbe registrado en colocaciones con saldos mayores a u$s250.000 fue de u$s420 millones desde septiembre.
«Más de 10.000 cuentas de no residentes fueron cerradas en el último año», destacan desde CPA.
Así las cosas, el dinero perteneciente a los no residentes en Uruguay pasó a representar cerca del 12%.
Los motivos del derrumbe, además del blanqueo, son atribuibles a otro tipo de factores que también ejercieron marcada influencia en ambos lados del Río de la Plata.
Por el lado de Uruguay, la salida se asocia a la nueva legislación, que indica que los bancos y sociedades de bolsa deben informar -a fines de cada año- el saldo promedio de los depósitos de todos los ahorristas, tanto residentes como extranjeros.
El punto de partida de esta normativa fue el acuerdo de reciprocidad (2013), para el cual se hacía necesaria la identificación de los usuarios.
Más cerca en el tiempo, otra cuestión que aceleró la salida de fondos fue el compromiso de Uruguay de realizar el intercambio automático a partir del 2018, pero a partir de saldos preexistentes al 1 de enero de 2017.
A partir de la entrada en vigencia de esta normativa, muchos fueron los que se apuraron a retirar dinero para no figurar en el reporte anual, confirman los operadores de mercado.
«Este es un importante motivo por el que están saliendo los depósitos de argentinos que no han ingresado al blanqueo», indica el consultor César Litvin, presidente del Instituto Tributario.
Otro factor impulsor de este drenaje es que «aquellos que ingresaron al régimen pueden invertir en títulos públicos argentinos, que ofrecen una buena rentabilidad y la eximición de impuestos», completa.
Además, los analistas destacan que:
– Buena parte de ese dinero retornó a la Argentina, producto del régimen de sinceramiento que aceleró la salida.
– Otra porción no regresó al país pero fue extraída para ser alojada en cajas de seguridad, ya que muchas personas optaron por quedar fuera del radar impositivo.
– Un fragmento menor de esos fondos fue girado a otros mercados.
El traslado a bancos argentinos quedó naturalmente reflejado en los saldos de los bancos locales, que pasaron de tener u$s8.900 millones a contar con casi u$s23.500 millones.
Con estos desplazamientos de fondos, la «relación de fuerzas» entre ambas plazas se alteró de modo sustancial.
Mientras que en octubre de 2015 los saldos en Uruguay representaban el 54% de los vigentes en la Argentina, los últimos datos disponibles dan cuenta de que este porcentaje se redujo a un mínimo del 14%.
El impacto de la salida
En términos absolutos, los más afectados fueron los bancos privados, ya que perdieron casi u$s1.200 millones.
En cambio, en términos relativos (es decir en cifras porcentuales), la parte más fea se la llevaron las entidades no bancarias, que redujeron su captación a la mitad.
En cuanto a la banca oficial -representada por el Banco República-, la merma fue de unos u$s120 millones, equivalente a casi el 20% de los montos vigentes en octubre de 2015.
Si la información se desagrega a nivel individual, la peor parte en términos absolutos la soportó el Santander, que resignó unos u$s300 millones.
En segundo y tercer lugar, quedaron el BBVA (u$s256 millones) y el HSBC (casi u$s190 millones).
Ahora bien, si la comparación se hace en términos relativos, el que más descendió fue este último, ya que sus depósitos se precipitaron 45%.
En cuanto a las plazas más afectadas, el ranking lo encabeza el Departamento de Salto, ubicado frente a la ciudad entrerriana de Concordia, que resignó el 36% de sus depósitos.
En segundo término quedó Colonia, que comprende tanto a la ciudad homónima como a Carmelo (-32%).
En tercer lugar aparece Maldonado, cuyo núcleo bancario se ubica en Punta del Este (-29%).
A nivel país, la contracción fue del 26%.
Si se considera la variación absoluta, Montevideo registró una pérdida de casi u$s700 millones, seguido por Colonia, con u$s233 millones.
Naturalmente que esta salida de fondos estuvo asociada con el cierre de un elevado número de cuentas. En especial de cajas de ahorro que, según datos oficiales, superaron las 15.000 en igual lapso.
De ese total, más de la mitad corresponde a las de Montevideo, que resignó casi la cuarta parte de la clientela de no residentes.
En segundo y tercer lugar quedaron Colonia, con 4.200 clientes menos (-27%) y Maldonado, con poco más de 2.000.
Como resultado de estos movimientos, también se vieron afectados los saldos por departamentos.
Un dato en el que reparan los banqueros es que el promedio de los fondos que se fueron superó holgadamente a los que permanecieron.
En Maldonado, por ejemplo, la media de las colocaciones retiradas se acercó a los u$s100.000, mientras que hoy día el saldo vigente ronda los u$s60.000.
Menos rentabilidad para los bancos
Los números de 2016 dieron cuenta de una agudización en el proceso de deterioro, que ya se venía evidenciando en la rentabilidad del sistema bancario en los últimos años.
Un análisis de la consultora Deloitte indica que de diez bancos solo cuatro tuvieron ganancias, mientras que uno tuvo un resultado equilibrado y cinco sufrieron un quebranto.
El conjunto de las instituciones obtuvo beneficios por cerca de u$s80 millones, el registro más bajo desde 2009.
En este contexto, adquiere particular relevancia que el Banco República se hizo del 90% del total de las utilidades.
Concretamente, reportó una ganancia de u$s72 millones frente a los u$s6 millones de las entidades privadas en conjunto.
«Las perspectivas para el sistema bancario uruguayo siguen siendo negativas», indican desde Moody’s.
«La expectativa es que los bancos seguirán enfrentando altos riesgos de activos en los próximos 12 a 18 meses», añaden.
Según Moody’s, «es probable que los depositantes mantengan su preferencia por los dólares», especialmente si Estados Unidos avanza en una suba de la tasa de interés de referencia.
«Los depósitos de no residentes han disminuido desde fines de 2016 gracias a una iniciativa impulsada en la Argentina para alentar a los ahorristas a repatriar fondos», añaden.
Los gastos operativos siguen siendo altos y se espera que los costos de financiamiento suban en la medida en que los bancos busquen atraer más depósitos en pesos.
Como resultado, cualquier aumento en la rentabilidad -desde los muy bajos niveles actuales- será modesto, concluye el informe.