Récord histórico del blue: pasó los $ 16 y prevén que el dólar cobertura se dispare a $ 18 en 10 días
Ayer explotaron los teléfonos de las cuevas por depositantes que rescatan de los FCI y quieren comprar blue. Si 10% del dinero de los fondos va al informal, son $ 1100 millones
«Explotaron los teléfonos», confiesan los mesadineristas. Eran cuotapartistas de los fondos comunes de inversión que rescataron su participación y consultaban para comprar blue. El billete ayer marcó su récord histórico al pasar la barrera de los $ 16 y cerrar en $ 16,03, pero en el postcierre trepó a $ 16,10. Por las inspecciones, las cuevas ahora funcionan como un club al que se accede por membresía: sólo recomendados. Anteayer cerraron dos mesas en Florida, mientras las de San Martín (donde operan las grandes manos) estuvieron bajo resguardo.
La presión alcista del blue viene por parte del dólar cobertura, que es la relación existente entre la base monetaria ($ 540.000 millones) y las reservas (u$s 33.338 millones). Desde el cepo, este valor teórico del dólar (hoy se ubica en $ 16,20) suele seguir, en mayor o en menor medida, al precio del billete. El 3 de octubre, con el pago del Boden 15, aunque de reservas sólo salgan u$s 3.000 millones y la otra mitad se canjee por otros bonos, este dólar cobertura se disparará a $ 18. «Hay que ir priceando eso. Ya no pagás hoy, pagás el salto que se viene. A eso hay que sumarle la liquidez de los fondos comunes de inversión que se filtrará en blue», revelan en la City.
En los FCI hay 123.500 personas con tenencias en fondos dolarizados por $ 11.000 millones. Con que sólo 10% de esta liquidez busque cobertura en el mercado paralelo, implicará una demanda de u$s 70 millones en el segmento informal: el equivalente al movimiento de tres ruedas completas. El 10% con destino al blue es un porcentaje conservador si se tiene en cuenta que a fin de octubre son las elecciones presidenciales, con lo cual se supone que el 90% restante irá a plazo fijo o a fondos Badlar. En este contexto, no muchos se animarán a abrir una cuenta en un broker para comprar Bonar.
A partir del lunes, lo que mandará en el mercado será la liquidez a partir de los que rescataron FCI y de los depositantes de plazo fijo, que siempre trabajaban entre FCI en dólares y plazo fijo en pesos. Esos ahorristas quedaron sin cobertura en divisas, y tendrán la opción de abrir cuenta en brokers o ir a blue cash. Por eso, en las mesas prevén que desde la semana próxima el billete estará más firme: puede tener un recorrido alcista, en busca de $ 16,50.
El dólar Bolsa llegó a caer ayer hasta $ 12,80, para luego recuperar y cerrar en $ 13,21, lo que muchos consideran un dólar tan barato que entraría dentro de la línea de productos de precios cuidados de los supermercados. Hay algunos que hacen la bicicleta financiera de comprar MEP y vender en blue, un rulo que les permite una ganancia de un 20%, aunque con operaciones de u$s 5.000, no de u$s 50.000 porque tendrían problemas si con esos pesos no declarados quisieran entrar devuelta al sistema. El banco pedirá justificación de ingresos y puede congelar la cuenta. Por eso, el rulo sólo es viable para minoristas, no para operaciones mayoristas, aunque al gobierno le viene bien para impedir que el blue siga en ascenso.
En el contado con liquidación, ayer estuvo lleno de importadores, mayoristas, Anses y el BCRA (muy activo en MAE) comprando Boden en la versión D, ahorrándose 50 centavos cada u$s 100 a vencimiento.
Aprovechan la oferta forzada de parte de los FCI y aparecen órdenes de compra de empresas locales e internacionales. «Lo que pasa es que si salís a comprar bonos, enseguida recibís un llamado preguntándote para quién comprás. El gobierno pide ir despacio y no pagar fuerte para arriba», confiesa uno de los big players.
Hoy, finalmente, aparecerá la norma de los FCI en el Boletín Oficial. En el tira y afloje, no hubo acuerdo entre las partes: el gobierno les pidió que salieran en los medios a favor de la medida y, si así lo hacían, le extendían el plazo. No aceptaron. En el mercado se cree que si iban por la cautelar tomarían revancha, y en la reunión el trato se sintió como extorsionador