En marzo se registró un pico de USD 737 millones. Los inversores entran atraídas por la tasas altas en pesos. La cifra más que duplica el ingreso de divisas para inversiones directas.

Semejante evolución muestra la avidez de inversores por entrar dólares para subirse a la «bicicleta financiera». Se trata de apuestas de corto plazo que buscan una fuerte rentabilidad en pesos, que se vuelve una ganancia en moneda dura en la medida que el tipo de cambio se mantenga planchado.

La movida salió muy bien en los últimos doces meses, con ganancias acumuladas que se acercaron al 25% en dólares. Esto envalentonó a muchos inversores que buscaron aprovechar esta ventaja de jugosos negocios financieros.
El titular del BCRA, Federico Sturzenegger, observa esta tendencia con preocupación pero es poco lo que puede hacer. De hecho aumentó recientemente las tasas desde 24,75% a 26,25% para ajustar la política monetaria y apuntar a una reducción de la inflación. Por lo tanto, este escenario de tasas elevadas se prolongará un tiempo más y los inversores se apuran para aprovechar estas condiciones.
De todas formas, Sturzenegger planteó en su última presentación del informe de política monetaria trimestral que este tema hay que analizarlo con más cuidado. «La tasa de 24% que ofrecen las Lebac es anual. Pero por mes paga 2%, por lo que hay que evaluar para cada período el comportamiento del dólar. Si las tasas bajan, ese rendimiento de 24% no existe» explicó.

La fuerte entrada de capital “golondrina” plancha el tipo de cambio
El ingreso de dólares genera algunos problemas para la economía. El primero es que comienza a transformarse en un elemento preponderante a la hora de explicar el atraso cambiario. En la medida que se multiplica la oferta de divisas para inversiones de portafolio se plancha más el precio. El otro tema es que un cambio en las condiciones financieras provocaría un súbito cambio de dirección de estos flujos. De suceder, la salida podría tener efectos traumáticos generando un fuerte temblor en el mercado cambiario.

El capital golondrina, también conocido como «hot money» no sólo presenta un aumento exponencial (en marzo la cifra triplicó el ingreso de enero) sino que además la cifra supera ampliamente el ingreso de fondos en materia de inversión extranjera directa. Según el Central, en marzo entraron USD 374 millones por ese concepto, mientras que en el primer trimestre la cifra total ascendió a USD 719 millones, menos de la mitad de lo que entró para apuestas de portafolio.

Este panorama no haría más que prolongar el esquema de atraso cambiario, ante una inflación que le sigue ganando a la evolución del tipo de cambio. «Brasil vivió esta situación durante más de diez años, con un tipo de cambio que se apreciaba y altas tasas de interés. Acá tranquilamente puede durar dos o tres años más», explicó el economista Miguel Bein en una conferencia ofrecida en el Banco Industrial.

Pero el mayor ingreso de dólares en lo que va de 2017 no obedece ni al capital especulativo ni a la inversión directa, sino al sector público. Sólo el Gobierno nacional ingresó USD 11.000 millones, la mayor parte por la colocación de bonos en el mercado internacional. Buena parte de estas divisas aún se encuentra depositada en el Banco Nación y contabiliza contra las reservas. Sólo se habrían vendido unos USD 2.500 millones directo al Central, por lo que la tarea para la autoridad monetaria será significativa en los próximos meses cuando el sector público precise vender esos dólares para hacer frente a diversos compromisos